XXI

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Anne:

Al día siguiente, hacía muchísimo frío. El otoño estaba finalizando, dejándole paso al frío y crudo invierno que, año a año, azotaba a Avonlea con una crudeza que nunca antes había visto, en toda mi vida.

Marilla encendió la calefacción y Matthew se lo agradeció enormemente. A Marilla le gustaba el frío y Matthew lo detestaba, siempre discutían por la calefacción, por si la encendían o no.

Con Jerry habíamos decidido que nos iríamos en autobús a la escuela, no porque nos encantara particularmente viajar en autobús, sino que simplemente lo había convencido de aquello, para toparme con Blythe, quien regresaba a clases esa misma mañana.

Salimos a toda prisa de casa luego de desayunar, Jerry miraba su móvil, chateando con alguien. Creo que no hace falta decir con quién hablaba...

Llegamos a la parada de autobús, el viento corría fuerte y Jerry, a mi derecha, se estremeció.
- En Montreal hace frío, pero esto supera todo lo que haya visto antes...- dijo tiritando, yo sonreí.
- He vivido climas peores, pero eso no quita que hoy hace un frío horrible...- suspiré.

El autobús pasó rápido, nos subimos y desde lejos, pude ver a Blythe, sentado en el fondo del autobús, mirando por la ventana.
- Ve Shirley, yo me quedaré aquí...- dijo Jerry con una sonrisa- nada de lo que pueda ver saldrá de mi boca.- hizo una mímica de que se cerraba la boca con llave.

Le sonreí y asentí
- ¡gracias Baynard!- besé su mejilla sonoramente y Jerry solo rió, yo me encaminé hacia Blythe.

Gilbert me vio aproximarme a él, y me sonrió ampliamente, yo me senté a su lado y él por toda respuesta me abrazó con fuerza. Yo acaricié su espalda de arriba a abajo mientras él me apretujaba contra su pecho.
- Oh zanahoria, te extrañé mucho...- dijo Blythe mientras se alejaba de mí con lentitud.
- y yo a ti, Blythe... ¿Estás listo para volver a clases?
- eso creo- me sonrió y achinó sus ojitos- me pasé la mayoría de la noche terminando mis deberes... Casi ni dormí- rió.
- eso te pasa por no pedirme ayuda...- le dije con un gesto triunfante que hizo reír a Blythe.
- no le puedo pedir ayuda a mi peor enemiga, no tendría honor después de eso...- me dijo con un tono dramático que me hizo reír.
- ¿Tienes honor?- le pregunté a forma de broma mientras alzaba una ceja y Blythe reía a carcajadas.

Yo sonreí y puse mi mochila sobre mis piernas, Blythe se limpió una lágrima que había caído por su mejilla por tanto reír.
- Extrañaba mucho esto, zanahoria...- me dijo mientras acariciaba mi cabello y lo acomodaba con lentitud. - tenerte tan cerca, poder verte a diario...- sonrió y yo lo acompañé- espero que esta vez, no nos separemos en mucho mucho tiempo...

Besé su mejilla con rapidez y él me sonrió, besó mejilla con lentitud, pudiendo yo notar cada movimiento que hacía con sus labios sobre mi piel.

- yo también te extrañé Blythe, a veces más de lo que me gusta admitir.- miré al frente, pero de igual forma pude percatarme que estaba sonriendo.

Blythe tomó mi mano con suma delicadeza y la acarició con ternura y lentitud, luego la llevó a sus labios y la besó con suavidad, como si fuera una princesa.
- ¿Con quién comerás hoy? - me preguntó sonriendo.
- no lo sé, hoy tengo taller de teatro...- sonreí- debo almorzar en el instituto...

Blythe guardó unos minutos de silencio y sonrió, decidido.
- pues qué casualidad, no te había contado... Pero, me encantaría formar parte del taller de teatro...- dijo Blythe con un tono que me hizo sonreír.- adoro el teatro, es mi pasión...

Yo comencé a reír y él me acompañó, asentí con la cabeza, feliz, comprendiendo lo que quería hacer.
" Quiere pasar más tiempo contigo..." Pensé con una sonrisa en los labios. Ese muchacho era verdaderamente adorable.
- creo que hay un cupo para el taller, por si te interesa...- Gilbert me sonrió ladeadamente.
- a las 3 de la tarde, me verás ahí...- me guiñó el ojo con una cierta sensualidad que me hizo estremecer.
Yo le sonreí, y fue entonces cuando el autobús se detuvo afuera del instituto, Jerry bajó sin mirar atrás, estaba con audífonos.
Blythe agarró mi mano con suavidad y acomodó su mochila en su hombro, agarró mi mochila con su otra mano y comenzó a caminar...

Anne with an E | siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora