LXXVII

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Anne:

Luego de mi espontánea visita a la casa de los Blythe/Lacroix, Gilbert me invitó a beber una taza de chocolate caliente, para que lo acompañara en su desayuno, ya que Bash se había levantado muy temprano para terminar de arreglar la reja del corral,  y le tocaba desayunar solo; cosa que él odiaba con todo su corazón.

Estábamos sentados en su cocina, en dos de los pisos que estaban a un costado de su mesón de la cocina americana. Gilbert bebía una taza de café cargado, y le daba mordidas, de vez en cuando, a una tostada que tenía encima del mesón. Yo, estaba bebiendo una exquisita taza de chocolate caliente, preparada especialmente para mí, por mi ahora novio: Gilbert Blythe.

Le había puesto un montón de malvaviscos  y eso me tenía demasiado feliz. Gilbert me miraba divertido, mientras yo bailaba lentamente sobre mi asiento por la alegría.
- al parecer los malvaviscos te ponen feliz... - dijo Gilbert mientras acomodaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja - creo que tomaré nota de eso... - rió con suavidad y besó mi mejilla.
- Los malvaviscos me gustan mucho - le sonreí - pero el que me pone feliz, eres tú - dije con una sonrisa de oreja a oreja, mientras acomodaba mi cabeza sobre su hombro izquierdo.

Gilbert besó mi coronilla y terminó de beber su café de un solo trago.
- Eres demasiado tierna, Anne... - dijo él casi en un susurro, mientras se ponía de pie y llevaba las cosas sucias al lavaplatos. - ¿Terminaste, preciosa? - me sonrojé intensamente por la última palabra.

Le di el último trago a mi chocolate caliente, y le pasé la taza a Gilbert, quien me sonrió enternecido, y besó mis labios para quitar los restos de chocolate caliente de mi boca.
- Listo... - dijo susurrando - creo que el sabor de tu boca mezclado con el de chocolate caliente, es la gloria máxima - dijo medio riendo mientras lavaba los platos y las tazas.

Seguí su risa y negué con la cabeza, ese chico era muy cursi y tierno, cuando se lo proponía.

- ¿Debes ir a Green Gables? - me preguntó luego de una pequeña pausa.
- Eso creo, le dije a Marilla antes de salir, que iba a dejarle algo a Di y que no me tardaba - sonreí y repasé mentalmente toda la situación cuando acepté ser la novia de  Gilbert - debe estar algo preocupada...- dije saliendo de mi ensoñación.
- Iré a dejarte a Green Gables - dijo seguro, y yo lo miré un poco confundida.
- ¿Estás seguro? - dije algo sonrojada. No quería causarle alguna molestia innecesaria.
- Por supuesto preciosa. - me sonrió y se volteó hacia mí, secándose las manos con un paño de cocina. - debemos ir a contarle a tía Marilla y a tío Matthew... Para ver también si tiene algún problema con todo "esto" - me sonrió y yo asentí. - además, zanahoria... Quiero estar más tiempo contigo hoy, aunque sea unos cuantos minutitos más - dijo mientras se acercaba a mí, y me abrazaba por la espalda.
- Yo también Blythe - dije luego de besar su mejilla - ¿Sabes? Te extrañaré mucho estas dos semanas... - dije apenada.
- Y yo a ti, mi zanahoria - suspiró - pero nos veremos este jueves... Y podríamos planear algo para la próxima semana - dijo sonriente.
- Me parece fantástico - le sonreí y me puse de pie, quedando frente a él - podríamos ir al cine... Sé que te gusta muchisisísimo Harry Potter, y están reestrenando la saga completa - le sonreí y a Gilbert se le iluminaron los ojos, cosa que me causó demasiada ternura.
- Es un plan...- comenzó a buscar la palabra adecuada.
- ¿Espléndido? - le sonreí y Gilbert asintió efusivamente.
- Así es, preciosa... Es un plan espléndido

.  .  .

Íbamos en el automóvil de Gilbert Blythe, llevaba conduciendo unos 3 minutos, habíamos puesto nuestra playlist a todo volumen dentro del coche. El paisaje estaba todo congelado, el invierno estaba azotando la isla del príncipe Eduardo con fuerza, más aún que el año anterior, y eso se dejaba ver en las calles, las cuales estaban completamente escarchadas por el frío.

Anne with an E | siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora