XLIII

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Anne:

En medio de mi viaje en autobús con Cole, me decidí por abrir el mensaje de Blythe. Mis manos temblaban, mi corazón palpitaba rápido, casi como cuando él se acercaba a mí, casi como si Blythe estuviera ahí, sentado a mi lado, mirándome con esos ojos que hablaban y reían por si solos...

Suspiré entrecortadamente, captando la atención de mi mejor amigo, y alma gemela, quien estaba sentado a mi lado.

- ¿Sucede algo? - me preguntó Cole con una suave y tierna sonrisa en los labios.
- Nada- dije con rapidez, mientras apagaba la pantalla del móvil y volvía a suspirar.
- ¿Estás segura? - dijo Cole con una media sonrisa ladeada.

Lo miré a los ojos, y suspiré nuevamente...
- Le dije a Blythe que lo quiero. Y él me ha contestado...

La cara de Cole era totalmente digna de ser retratada.

No pude evitar soltar una pequeña risita ante su estado de estupefacción.

Justo en ese instante, el autobús se detuvo en una parada a medio camino a Green Gables. Se subieron dos chicos, los cuales causaron que Cole aguantara la respiración y se sonrojada con violencia.

Lo miré algo confundida, hasta que vi el rostro de frente de uno de los chicos. Era el chico de Cole, el casi novio de mi mejor amigo.

El pelinegro lo miró con una sonrisa suave en los labios, y golpeó con suavidad a su amigo de cabellos castaños y ojos verdes en el hombro, para que ambos se acercaran a mi sonrojado amigo.

Agarré con suavidad la mano de Cole y sonreí un tanto nerviosa, acomodé mi cabello e intenté poner mi mejor cara.

El autobús estaba vacío a excepción de nosotros, lo cual agradecí enormemente, detestaba que la gente me viera nerviosa y algo sonrojada.

Cole le sonrió a su "casi novio" y este se inclinó hacia él y lo saludó con un delicado y coqueto beso en la comisura de los labios.

Analicé cada detalle de ambos chicos, al menos tenían 15 años, quizás 16... Lucían de una edad con Blythe. Cole tenía 14, casi 15, había perdido casi un año por el trabajo de su padre.

Luke tenía una sonrisa coqueta en su boca, constantemente, y no sabría decir si ese pequeño detalle se me hacía algo lindo o algo sumamente desagradable. Sus ojos y toda la energía que lograba transmitir, era de amabilidad, de paz... Pero sí se podía notar un pequeño aire de superioridad, el cual yo no podía obviar. Físicamente era bastante apuesto, y estaba segura que con Cole iba a hacer una excelente pareja. Él era delgado, muy poco musculoso, alto, por lo menos 1.75cm, lo cual para mí, con mis cómodos 1.63cm, era bastante decir. Para mí Luke era un gigante, pelinegro, de sonrisa coqueta y ojos amables.

Dejé de observarlo cuando me dí cuenta que él lo estaba notando. Decidí analizar al amigo de Luke. No sabía su nombre, Cole no lo había nombrado, pero de partida ya su mirada me cayó como un cubo de agua fría sobre la espalda. Su mirada congelaba, ni más ni menos. Y no era una mirada como la de Blythe, que esa te congelaba porque te ponía nerviosa y sentías ese cosquilleo tan adictivo en el estómago. No, esa mirada era muy distinta, igual de intensa y profunda, pero mucho más fría. Tenía un mentón verdaderamente envidiable, sus rizos castaños estaban desordenados, cargaba una mochila sobre su hombro, la cual muy probablemente estaba vacía, llevaba una camiseta de color blanco, una chaqueta de mezclilla que le quedaba bastante grande, y unos jeans negros ajustados. El chico sin nombre se había sentado al otro lado del pasillo, tenía sus pies sobre el asiento de al lado y buscaba algo en su bolsillo con especial interés. Y fue cuando sus ojos se conectaron con los míos, por un momento me congelé, pero me forcé para sostenerle la mirada y no dejarme vencer, debía seguir con mi análisis. Intenté focalizarme en otra cosa que no fueran sus ojos, y lo logré. Por lo que se podía deducir, dicho muchacho era mucho más alto que Luke, medía por lo menos 1.80cm, se vía un poco más musculoso y un poco más... ¿Grande? ¿Serio? No tenía idea, pero toda la energía que rodeaba a ese chico era algo sumamente místico y oscuro, algo que no me llamaba para nada la atención. Además, su gesto de desagrado constante y su mirada fría, era algo que ya me estaba comenzando a fastidiar...

Anne with an E | siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora