LII

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Anne:

"Ay dios mío, mátame"

- Chicas, les presento a Roy, Royal Gardner... - dijo Josie con una sonrisa de oreja a oreja, mientras lo miraba embobada totalmente.

Miré a Diana mientras cerraba mi boca, que había quedado ligeramente abierta por la impresión de ver al chico del autobús, que me había llamado "mocosa pecosa", ahí, al frente de mí, con una encantadora sonrisa y agarrado de la mano con una de mis amigas.
- Un placer, Roy... - dijo Jane sonriendo, Roy le devolvió la sonrisa amablemente.
- Hola, soy Ruby - saludó Ruby con la mano, tiernamente.
Roy sonrió y la saludó con un gesto de cabeza.

Diana lo saludó con una dulce sonrisa y dijo:
- Un placer, soy Diana, pero dime Di.
- tú eres amiga de Cole ¿No? - le preguntó Roy con una suave sonrisa en los labios.
- Sí, igual que Anne... - dijo Diana entrelazando nuestros brazos.

Le sonreí tímidamente, deseando internamente desaparecer en ese mismo instante.

- Anne... - dijo Roy ladeando su cabeza, sonriendo y rebuscando algo en su bolsillo. - creo que ya nos conocíamos... - dijo sacando un cigarrillo y posicionándolo entre sus labios, igual que ese día en el bus.

- Sí, ejem... - carraspeé la garganta - ehm, un placer, Roy... permiso... - dije bastante incómoda, mientras me soltaba del agarre de Diana.

Comencé a caminar hacia la casa, a paso rápido, pero alcancé a escuchar algo que dijo Josie...
- ¿Ya se conocían? ¿De dónde Roy? - dijo algo molesta.
- Es una larga historia - dijo Roy encendiendo su cigarrillo.

Caminé hasta dentro de la casa, la música me envolvía, necesitaba urgente escapar de esa situación tan incómoda...

"De todos los chicos de Avonlea, tenía que ser él el casi novio de Josie..." Pensaba exasperada por mi mala suerte.

Comencé a caminar por los pasillos de la mansión, buscando casi desesperadamente el baño, hasta que lo encontré.

Abrí la puerta luego de tocar repetidamente y no escuchar ninguna respuesta.

Adentro del baño se encontraba una chica de unos 17 años, que tenía el maquillaje corrido y estaba durmiendo sobre el inodoro, al parecer, se había quedado dormida luego de vomitar hasta el alma.

Suspiré y le toqué el hombro, la chica no dio señal alguna de vida, me acerqué a ella, y revisé si estaba viva, y sí, estaba respirando. Me resigné a tener que estar ahí, con esa chica media muerta.

Saqué mi móvil mientras me lamentaba por mi increíble mala suerte, busqué el contacto de Blythe y lo llamé.

Se demoró algunos segundos en contestar, pero finalmente lo hizo.

- ¿Hola? - preguntó con la voz algo ronca, como si estuviera recién despierto.
- Blythe... - dije con suavidad mientras me recostaba contra la muralla del baño. - ¿Estabas durmiendo? - reí.
- sí, algo así... Perdón - suspiró, pude oír como se volvía a acomodar en la cama. - ¿Pasó algo? - preguntó un poco confundido.
- El bolas mocosas... - dije a modo de suspiro - está aquí, y eso no es lo peor, lo peor es que es el "casi algo" de Josie... - solté un bufido - no puedo creer mi mala suerte...
- Oh no... - dijo Blythe entre adorables risas - ¿Te ha dicho algo? - me preguntó aún riendo suavemente.
- Nada, solo me preguntó si ya nos conocíamos... Después de eso salí de ahí, no quiero hablar con él - puse uno de mis brazos sobre mi pecho, manteniendo el móvil pegado a mi oreja.
- Ojalá se mantenga así, si te vuelve a molestar iré a Avonlea sólo para patearle el trasero...- dijo con suavidad, yo no pude evitar sonreír.
-No me digas eso - reí - que soy capaz de pedirle que me insulte para que vengas a golpearlo y poder verte...- reí con suavidad y me sonrojé. Sin duda alguna, esa frase había sido la más cursi que le había dedicado a Blythe.

Anne with an E | siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora