II

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Sonreí débilmente al sentir como el automóvil se detenía. Me froté mi ojo izquierdo con suvidad y me tapé la boca para luego bostezar con delicadeza.
Abrí mis ojos y la fría brisa llegó a mi rostro de un sopetón, espabilándome y sacándome de mi ensueño.

Matthew había abierto su puerta, y había descendido del auto, la oscuridad del lugar no me dejaba mucho para ver, lo único que podía observar era una gran casa de color blanco y con muchas ventanas, desde donde se podía observar la luz proveniente de la chimenea y algunas lámparas de luz cálida; y ahí estaba, posiblemente Marilla... Se le podía observar desde uno de los ventanales que daban vista a la cocina, estaba lavando los trastes.

Matthew me sonrió, probablemente al percatarse de mi cara de estupefacción.
- Bienvenida a Green Gables, Anne... Tu hogar.

Le sonreí ampliamente, aun atónita frente a la vista reducida que tenía de aquel lugar.
- te aseguro, que de día se ve muchísimo mejor... - rio y sacó las llaves del automóvil. - bien señorita, necesito que me ayudes a bajar las cosas... Ah sí, ciérrate esa chaqueta, no quiero que te de una pulmonía... -cerró la puerta del piloto y yo asentí efusivamente.

Me cerré mi chaqueta y con rapidez descendí del automóvil. Ayudé a Matthew con las bolsas, y nos encaminamos a la casa. Cuando estábamos por llegar, Marilla abrió la puerta y se encaminó a nosotros con una gran sonrisa...

- Matthew Cuthbert, ¿Por qué has tardado tanto en traerla?

Sonreí timidamente, Matthew pasó por al lado de Marilla, sin responder a su pregunta. La mujer alta y delgada, tenía un gesto severo en su rostro, su nariz era recta y completamente proporcional a su rostro. Su cabello ligeramente desteñido y con un crecimiento blanco, sus ojos eran claros y tenía algunas pecas por las mejillas...
- Tu debes ser...- me miró inquisitora.
- Anne, es un placer conocerla... Señorita...- me adelanté.
- Marilla, me imagino que mi hermano ya te ha hablado de mí...- sonrió y se volteó a ver a Matthew, quien se encaminaba nuevamente al automóvil para sacar otras bolsas que habían quedado dentro.
- así es, señorita Marilla... No sabe lo feliz que me siento al conocerla, es como si estuviera hablando con uno de los personajes de mi libro favorito.- dije con rapidez, mientras tomaba su mano con suavidad y la sacudía con cierta fuerza, cosa que hizo sonreír a Marilla.
- ¿qué cosas dices niña?- dijo riendo levemente.- ven, pasa... Debes estar exhausta...

Asentí con seguridad y entré con lentitud a la casa.
- lo sabía, sabía que era una casa preciosa...- sonreí feliz, Matthew cerró la puerta detrás de mí y me empujó levemente por los hombros para que ingresara más rápido a la casa.

Marilla nos condujo hacia el comedor, donde una deliciosa cena nos esperaba.

Sonreí y dejé las bolsas que llevaba en mis manos en el piso.
- oh, déjame ayudarte con eso...- me dijo Matthew mientras agarraba las bolsas con sus manos.- las dejaré en tu cuarto...

Asentí con efusividad y Marilla sonrió enternecida.

- Bien, Anne... Deberías asearte para que podamos cenar.- sonrió.- lo mismo para ti Matthew...

Matthew asintió mientras subía las escaleras. Marilla me guió hasta el baño y yo me lavé las manos.

Sentía el corazón desbocado por la emoción, mis mejillas estaban entumecidas por tanto sonreír, creía que nunca había sonreído tanto en toda mi vida...

-Bien, debemos apresurarnos para cenar. - me dijo Marilla sonriendo para luego salir del baño.

La seguí en silencio, aún ansiosa, pese a que ya la conocía y ya sabía que me aceptaba. Me acomodé un mechón de cabello detrás de la oreja y tomé asiento, a la mano izquierda de Matthew, quien nos esperaba para cenar.

Anne with an E | siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora