III. VISIÓN (NUEVO)

42 5 0
                                    

Suelto un suspiro profundo y cierro mis ojos. La brisa fresca del aire ondea mi cabello rubio con suavidad, deslizándose tímidamente como una ligera ceda acariciando mi piel. No puedo evitar sonreír, se siente muy bien. La luz nocturna de la luna y el lejano sonido de los autos en las calles me relaja. Estar aquí sola, en la azotea de este edificio, me hace sentir libre, me hace sentir en paz, solo aquí puedo dejar que mi mente se aclare. Han pasado tantas cosas en tan pocos meses que sinceramente jamás me esperé.

El mundo es realmente pequeño.

Abro los ojos y me recargo con mis brazos sobre el barandal de metal que sobresale del pequeño muro de concreto bajo él. Pedazos de ladrillo desgastados por el tiempo al rojo vivo deslumbran entre la oscuridad que le rodea. ¿Cuántos años tendrá este edificio? Supongo que más de lo que lleva el señor Banner vivo.

Volteo un momento a mirar a mis espaldas, hacia la entrada de la azotea. Me pregunto si algún vecino vendrá a recoger esa sábana. Esta está colgada sobre una soga que atraviesa todo el lugar cubriendo así mi vista de la puerta de entrada, la soga es sostenida por dos tubos de metal. El constante sonido que hace al ondear por el viento me disgusta, tal vez porque es muy brusco e inesperado. Supongo que se le ha de haber olvidado al dueño.

Suelto un jadeo de desagrado y regreso la mirada al frente. La azotea de este edificio no tiene nada que envidiar, solo es un techo rodeado por un pequeño muro de ladrillo y sobre este hay un barandal negro, no hay mesas ni plantas, está desolado con excepción de ese tendedero para ropa, sin embargo, no me arrepiento de seguir viniendo a aquí. Escogí un lindo lugar, el interior del edificio es muy acogedor y limpio, además de tranquilo, es un lugar seguro con personas agradables.

Las luces de edificios más pequeños y casas a la lejanía distraen mi mente llamando mi atención. Especialmente concentro mi vista en el edificio de enfrente, el otro conjunto de departamentos al otro lado del callejón. Mmm, tal vez si lo intentara podría llegar de un salto. Estiro de mano intentando alcanzar el borde. Tal vez si me esforzara podía lograrlo de un solo salto. Suelto un suspiro y dejo caer mi mano, no tiene sentido lo que acabo de pensar, caería al vacío de callejón, jajaja.

Mi sonrisa se desvanece, nuevamente llega a mi mente la causa del porqué termine en la azotea de este edificio.

¿Por qué? ¿Por qué él?

No he podido dejar de pensar en él, en Keith, en mi vecino. Desde que lo vi salir de esa casa, desde que comencé a leer lo que él le deja en la habitación a ese asesino, no he podido sacarlo de mi cabeza. ¿Acaso el destino siempre quiso que entrara hasta el fondo de todo esto? De todas las personas que pude haberme encontrado en esta ciudad tuvo que ser a él. Todo el tiempo estuvo tan cerca de mí. Cuando pensaba que nadie podría comprenderme, me doy cuenta de que no sé nada de la realidad, que soy yo la que no comprende. Tal vez por la idea romantizada de la heroína que me hice en mi cabeza, tal vez por todas las tonterías que se cuentan en internet deformando la verdad.

Cuando llegué a este edificio departamental hace más de un año, el señor Banner obligó a Keith a presentarme el edificio y mi apartamento, en ese entonces vacío. Tuvo esa suerte debido a estar sentado en uno de los sofás de la sala frente a la recepción. Su actitud en ese momento fue muy distante y fría, evitaba mirarme y jugaba con la llave de mi apartamento entre sus dedos. Se me hizo un chico muy interesante desde ese día, solo por eso, porque consideré que era un reto acercarme a él, y desde aquel momento hasta ahora, hemos seguido hablando cada vez que nos vemos. La primera impresión que tuve de él, es que era un chico serio y solitario, con un rostro lindo y un cuerpo bien cuidado. Jamás me imaginé que él tendría un pasado tan profundo e inquietante. Apuesto que si alguien me hubiera dicho que él tenía algo que ver con el origen de ese asesino, jamás se lo hubiera creído. Pero las pruebas están ahí, sus palabras en esas cartas concuerdan con lo que se sabe de ese monstruo.

INSANE DESICION ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora