XLV. PESADILLA (NUEVO)

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Aviento con fuerza la botella de vino vacía contra la pared y esta termina explotando haciéndose mil añicos, los vidrios terminan en el suelo. Mi respiración es agitada, estoy eufórica, estoy rabiosa. ¡¿Cómo mierda es posible que esa maldita cucaracha mal agradecida se atreva a desafiarme de esa manera?! ¡Yo! ¡La legendaria y conocida Jane la maldita asesina serial! ¡¿Cómo carajos es posible?!

¡¿Puedes matar a una jodida loca asesina que va detrás de Jeff por obsesión, pero no a una simple humana debilucha?! ¡¿Me estas tomando el pelo Jane?!

Pateo una lata de cerveza sobre el suelo.

¡Tenías un solo trabajo Jane! ¡Un maldito solo trabajo! ¡Esa maldita rarita es demasiado lista! Debí de tomármelo más enserio.

Me siento sobre el viejo sofá cansada. Mi corazón late alocado en mi pecho y la cantidad de alcohol que he tomado para desahogar mi frustración no ayuda en nada. No soy una asesina por gusto, solo asesino para llegar a mis objetivos. Yo soy totalmente diferente a esos otros idiotas que solo aman la sangre.

Que se joda todo el maldito mundo. –escupo borracha.

Por el tonto error, me quedé sin la forma de manipular a Keith y tampoco tengo la mísera satisfacción de haberle hecho daño. Es una mierda. ¡Debí de quedarme! ¡Debí de ir detrás de Keith en cuanto entró en la habitación! ¡No irme de ahí con la vaga idea de que había logrado aventar a esa cucaracha por la ventana!

Tomo de la mesita frente a mi, una cerveza fría del cubo con hielo y la abro. Me importa poco si combinar cerveza con wiski no sería bueno, en este momento necesito desahogarme. La televisión encendida que ilumina la habitación está transmitiendo el canal de noticias nocturnas. Lamentablemente aún no han encontrado el cuerpo de esa niña obsesionada con Jeff. Si esto continúa así encontrarán solo sus restos y no podrán reconocerla.

Sonrío satisfecha y me muerdo con fuerza el labio inferior. Esa tonta niña no tuvo ni siquiera una sola oportunidad. Estaba tan concentrada caminando por el bosque que rodea Ilinois, tan feliz en su cabeza, que ni siquiera se dio cuenta que había caído en mi trampa. Fui al instante por su cuello para acabar rápido, para exterminar a ese mal de este mundo, y aunque logre rajarle la piel, ella reaccionó y se alejó, pero terminó tropezándose con las ramas junto a sus pies y cayó al frío suelo.

No dudé en actuar. Aproveché la situación y le encajé una larga navaja en su pierna. Ella parecía totalmente confundida, desorientada blandía su navaja desesperada en el aire, intentando alejarme y protegerse. La poca cabeza que tenía no le daba para entender que estaba a punto de ser asesinada sin explicación.

Sin embargo, si hay algo que me impresionó de ella fue su voluntad de seguir. Se arrastró por el suelo mientras yo caminaba detrás de ella simplemente riéndome, burlándome abiertamente de su pobre y mísera situación. La famosa adolescente que se convirtió en asesina solo por fanatismo estaba cayendo tan patéticamente, ¿enserio era ella? La situación era bochornosa.

La perseguí hasta una vieja casa abandonada y consumida por la naturaleza. La cacé como un lobo cazaría un conejo. La acorralé contra una esquina. Y aunque se intentó defender, aunque se levantó y abalanzó contra mi en un intento de salvar su vida, de lograr matarme, solo pudo hacerme un ligero corte en mi brazo después de la corta lucha. Al final ella calló al suelo boca abajo y su arma quedó tirada en una esquina de la habitación. Yo la pisé con fuerza demostrando mi superioridad, haciéndola escupir sangre debido a los fuertes golpes, y descargué mi rabia e ira apuñalándola y abriéndola, destrozándola como un lobo destrozaría a su presa con sus dientes.

La habitación quedó llena de sangre, el hedor penetrante podría entrar tan profundo en la nariz que de haber estado tan solo en la puerta principal, se podría haberlo olido. Durante todo el juego me aseguré de no tocar su feo rostro, solamente para que pudieran reconocerla si la encontraban, y después de terminar simplemente me fui. Tuve que bañarme en un río que pasé durante el camino de regreso, pues ni de broma, aunque fuera de noche, podría entrar a la ciudad en ese estado.

Me sentí tan libre, tan satisfecha con mi trabajo, tan feliz, era placer en su máximo esplendor. Y juré que si eso sentí al haber asesinado a esa niña tonta, el placer que experimentaría, la alegría y las emociones que sentiría al matar a Jeff, serían tan a flor de piel que tendría el mayor orgasmo de toda mi vida.

Pero, hasta ahora no ha salido ninguna noticia de mi linda aportación a la sociedad. De hecho quería que la encontraran rápido, que saliera en todas las noticias que la pequeña asesina fanática la había asesinado a sangre fría, que habían jugado con ella como si se tratara de un simple muñeco de trapo. Es una real lastima y eso me disgusta mucho. ¿Acaso tendré que llevar personalmente a la policía para que la encuentre o qué? Tal vez debería de hacerlo, así olvido un poco la gran estupidez que cometí hoy.

INSANE DESICION ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora