CARTA #4 ~✉~

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A Jeffrey Woods, mejor conocido
como "Jeff el Asesino".

16 de Abril de 2008.


Hola de nuevo, Jeff.

Bien, no sé cómo empezar esto... ¿Recuerdas que en la anterior carta te dije que te contaría lo que pasó después de ese día?... Bueno pues, te lo voy a contar...

Cuando desperté, después de desmayarme en tu baño, me encontré en el hospital acostado sobre una blanca camilla. Al principio todo fue confuso, tenía vendas rodeándome la cabeza, el pecho y la pierna izquierda, además de moretes y rasguños, yo estaba canalizado, me habían puesto suero, además de que traía una bata blanca del hospital, no mi ropa, pero... mi muñeca derecha estaba esposada a la camilla. Fue en ese momento que lo recordé, recordé lo que te había hecho con Randy y Troy, lo que te hicimos en la fiesta de ese niño de nombre... ¿Finy? ¿Deli?... ¿Tim?... No recuerdo su nombre.

Después de eso no sabes cuánto me alarmé, jalaba con desesperación mi muñeca tratando de quitarme las esposas y huir, pero no podía y el tintineo constante de estas sólo me desesperó más. Luego entró una enfermera acompañada de un oficial de policía. Yo palidecí y comencé a forcejear más, bajándome de la camilla y tirando el tripié del cual colgaba el suero, quitándome la aguja de mi brazo que me canalizaba haciendo que saliera sangre, y para acabarla casi haciendo arrastrar la camilla de no ser porque estaba atornillada al piso.

La enfermera se me acercó y trató de calmarme, pero yo seguía rehusándome, la empujé y ella cayó al suelo, fue entonces cuando el oficial sacó el arma y me apuntó, obligándome a quedarme quieto. Yo sólo en ese momento pensaba en cómo salir de ahí, pues aún era un bandolero, un maldito punk.

La enfermera volvió a tratar de acercárseme, pero yo me alejé, me dolía y escocía la muñeca por tanto haber forcejeado con las esposas para liberarme... Al final, por órdenes del oficial, no tuve más elección que obedecer a la enfermera y me obligué a sentarme en la camilla, ella volvió a canalizarme, arregló todo el desastre que hice y se fue. Recuerdo muy bien las palabras del oficial, él traía unos documentos en sus manos:

<< Keith Karah, estás arrestado por vandalismo, agresión a la comunidad e intento de asesinato hacia Jeffrey Woods. Si el juicio es ganado, es posible que vayas a la correccional de menores en cuanto te recuperes, y cuando cumplas tus dieciocho años te trasladen a la cárcel número tres del estado. Pero si intentas escapar me veré obligado a utilizar la fuerza. Así que más te vale cooperar jovencito. >>

Yo sólo desvié la mirada conteniendo mi enojo y las ganas de insultar al oficial y patearle. Sólo cerré los ojos y me quedé callado. ¿Qué iba a decir? ¿"Yo no lo hice", "no fue mi culpa", "atraparon al equivocado"? ¿Qué iba a decir en mi defensa? Nada, todas las personas en la fiesta me vieron apuntarte con el arma y después dispararte, me vieron tratando de asesinarte... No tenía nada que decir para defenderme. Cometí un grave error, e ir a prisión fue mi castigo.

Bueno... Creo que aquí lo dejo Jeff, te seguiré contando en la siguiente carta... Por favor, perdóname... Lo siento mucho.


Firmado: Keith.

INSANE DESICION ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora