(-----AVISO: Este capítulo contiene escenas explicitas de sexo. Leer con discreción. Buen provecho.-----)
Suelto un suspiro. Hay un tema que me ha estado molestando. Como una pequeña espina en el dedo, no he podido sacarlo de mi mente: Keith no quiso darnos detalles del ataque que sufrió Sam.
Al instante de saber sobre el ataque tanto Brad, Alex y yo nos alteramos, estábamos preocupados, pues Sam se convirtió en nuestra amiga, la queremos mucho. Sin embargo cuando le pedimos detalles él no quiso decirnos nada más, solo que no debíamos de preocuparnos, pues ya estaba bien. Eso ocurrió al día siguiente de que internaran a Sam.
No hubiera tomado con tanto interés este detalle de no ser porque yo sé que Keith fue atacado antes. Hace días que he querido visitarlo. Sin embargo, siento que sería un poco extraño que de repente llegara y comenzara a decirle todo lo que pienso. Es una espinita, pero a cada segundo que transcurre siento que crece de tal forma que se está volviendo imposible de ignorar.
Termino de escribir el apunte que el maestro estaba dictando. Creo que hoy he estado un poco más distraído de lo habitual en clases. Debo de poner atención, ya saliendo tendré tiempo de ver todo eso.
[...]
Llego a casa y cierro con seguro la puerta detrás de mí. Levanto la mirada y observo la sala desierta. Hay un olor a comida en el aire. Estoy seguro que se trata de Diana. Me acerco a la cocina para averiguar si estoy en lo correcto y me asomo por la esquina. No puedo evitar sentirme molesto. Lo es. Nuevamente mamá no está ahí. Un sentimiento de rencor llena mi pecho. ¿Pero acaso tengo derecho a quejarme? Gracias a ella puedo estar cómodo, estudiar y hacer mis cosas. Hago mis manos puños. Sin embargo... quisiera que me diera un poco de atención, que se preocupara más por cómo me siento. Pero en vez de ello se lo da todo a ese hombre.
Me alejo de la cocina en silencio y voy directo a mi habitación. Ignora todo eso Jace, no vale la pena volver a enojarte, no ganarás nada. Ahora solo debería concentrarme en mi carrera y en resolver mi duda con Keith. Soy el único que supo lo que realmente le ocurrió ese día, el que vio esas cicatrices que marcan su espalda. Si no responde, al menos tendré la satisfacción de que lo intenté. Esta preocupación por sus vidas realmente me está afectando.
Nuestros labios se separan. Mi corazón late acelerado. Siento una de sus manos apretar mis senos, recorrer mi cintura y bajar suavemente hasta mi entrepierna. Suelto un jadeo cuando presiona un poco aquella zona tan sensible. Realmente quisiera avanzar más, quisiera sentirlo como en mis sueños más perversos. Keith busca mi cuello y muerde ligeramente. Deslizo una de mis piernas sobre las sábanas.
Hemos llegado hasta este punto porque ambos nos atrevimos. Todo comenzó por estar acostados en mi cama, hablando de cosas sin sentido y comiendo gajos de fruta, comiendo uvas. En una de esas una uva calló sobre mi pecho quedando entre mis dos senos, Keith simplemente se levantó y la retiró con su boca. Ese simple gesto, esa pequeña acción que hizo que él estuviera entre mis senos y yo sintiera su respiración sobre mi piel, desencadenó que el deseo entre ambos saliera.
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INSANE DESICION ©
Mystery / ThrillerTenía miedo, mi mente estaba al borde de la locura, mi tortuoso pecado seguía precionando sobre mis hombros como una enorme piedra aplastándome. ¿Había alguna forma de que mi mente se callara por un momento? ¿Podía ser feliz en lo que me restaba de...