XXVIII. VISIÓN (NUEVO)

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Un dolor, siento un intenso dolor en mi cabeza. ¡No otra vez! Me arrodillo entre jadeos desesperados y aprieto con fuerza mi cabeza, pero nada funciona. Maldita sea, ¡detente! Cierro mis ojos. ¡Detente! ¡Detente! ¡MALDITA SEA!

Una rama cruje a la lejanía. Mi piel se crispa y siento un escalofrío recorrerme la espina dorsal. De inmediato me levanto aguantando el intenso dolor y corro, huyo sin detenerme entre el inmenso bosque que me rodea. Esquivo un tronco saltando sobre él y caigo al suelo levantando hojas podridas del suelo. Escucho cómo aquella cosa me persigue, se mantiene decidida detrás de mí.

No me atrevo a mirar a mis espaldas, no quiero verle la cara y tampoco quiero chocar con un árbol. Observo fijamente al frente buscando un lugar donde esconderme y escapar de sus garras, ya está demasiado cerca, mi tiempo se acaba.

Aumento el ritmo de mis piernas, siento que me arden del esfuerzo, no puedo correr más rápido, es todo lo que mi cuerpo puede dar. Mi corazón late alocado, siento que quiere salirse por mi boca. Y mi cabeza no deja de punzar, mi visión se está oscureciendo.

Un fuerte crujido resuena a mis espaldas, como si un árbol se partiera en dos y el suelo tiembla bruscamente. Doy traspiés tratando de correr, esquivo un árbol que no vi antes y me dirijo cuesta abajo por una colina mientras siento el suelo temblar, de inmediato me doy cuenta de que tomé la dirección equivocada, el terreno es horrible.

Bajo a trompicones sintiendo como mis pies se barren en la tierra suelta y termino por caer rodando. Una rama me rasga la cara y justo después una piedra golpea mi cadera. Suelto un grito de dolor mientras sigo cayendo. Ruedo sin parar cuesta abajo y mi pierna se golpea contra el tronco de un árbol. Un intenso dolor se dispara por ella. ¡No otra vez! Pero entonces mi cuerpo por fin se detiene al llegar al final de la colina y suelto un jadeo de agradecimiento sobre el húmedo suelo.

Maldita sea, un poco más y esa caída me mata. Noto que mis ropas se están mojando. Diablos Alex, ¡levántate! Me levanto temblando del dolor de entre las piedras en las que caí, no me interesa revisarme ahora. Pero entonces observo el lugar al que llegué, se trata de un furioso río lleno de agua cristalina.

Avanzo cojeando lo más rápido que puedo. Una esperanza surge en mi pecho y sonrío, sé dónde estoy, reconozco el lugar, solo tengo que seguir hacia abajo y llegaré al pueblo. Comienzo a correr por el bordo del río. Enormes rocas yacen al pie de este como si hubieran sido arrojadas desde las altas colinas que me rodean y hubieran terminado deteniéndose en el borde.

La vista es magnífica, con el sol a punto de ocultarse y el río aventando gotas de agua y espuma debido a la fuerza que lleva, pero ahora solo me interesa huir de esa cosa. Salto sobre las piedras evitando caer sobre el río y continúo mi camino sobre ellas, mis pies casi se resbalan por el moho pero mantengo el equilibrio, luego de pasarlas me bajo para seguir corriendo por tierra. Esquivo varios árboles que se interponen en mi camino. Mi respiración está muy agitada tanto que casi me estoy quedando sin aliento, pero no me detengo.

De repente escucho cómo esa cosa hace un escándalo a mis espaldas, el agua salta y escucho piedras quebrarse, volteo a ver sin pensarlo dos veces pero no lo veo, de inmediato me horrorizo por lo que hice y continúo mi huida río abajo lo más rápido que puedo. ¡No mires hacia atrás, idiota! El ruido del furioso río resuena en mis oídos y el dolor de cabeza se ha ido. Sé que esa cosa se está distrayendo con algo o tal vez me perdió de vista y está furiosa, así que tengo que aprovechar y salir de inmediato de este bosque, fue una tontería intentar cazar a ese ciervo.

Continúo mi huida y de reojo observo el tormentoso río. En caso extremo puedo aventarme a él antes de que me trape, aunque no es nada seguro y podría ahogarme, prefiero eso a ser alcanzado por esa cosa. Continúo corriendo sintiendo mi cadera y mi pierna punzar. El sol casi desaparece entre las montañas. Tengo que llegar antes de que el sol se vaya o si no todo mi esfuerzo no importará.

INSANE DESICION ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora