La observo cerrar la puerta de un portazo. Está furiosa, realmente irritada, y lo entiendo perfectamente, no sé qué planes haya tenido, pero lo que pasó hizo que todo se fuera al diablo. Me acerco a la ventana al lado de la puerta y observo a Janís caminar por mi patio trasero y luego saltar la cerca de madera. Su chamarra negra es lo último que veo antes de que desaparezca al otro lado en medio de la oscuridad de la noche.
Suelto un suspiro. Janís está en descontrol total. Intentar calmarla sería como decir "mátame". Su paciencia ha sido colmada por completo. Estoy segura de que no se quedará con los brazos cruzados después de ver lo que esos hombres le hicieron. Al arrebatarle a Dilan le quitaron la única oportunidad de averiguar dónde estaba Keith.
Ruedo los ojos incrédula. Pero sinceramente pienso que es una ciega. Por lo visto sigue sin darse cuenta de que, si esos hombres no hubieran llegado, ella misma habría torturado a Dilan hasta matarlo. Supongo que lo que más le molesta es que le hayan arrebatado la oportunidad de vengarse.
– Lo siento Dilan por no ayudarte, pero estoy en la misma situación. –susurro.
No sé por qué, pero presiento que haberlo visto morir no me habría afectado demasiado, después de todo era un tipo desagradable. El recuerdo de sus ojos viene a mi mente y niego rápidamente apartándolo. A pesar de que ha pasado un día, aún conservo las míseras miradas de ayuda que me imploró.
Doy media vuelta y vuelvo a la sala. El reloj marca la una con trece de la mañana. Al menos hoy podré dormir, ponerme este short y camisa de tirantes no fue en vano. Pero un poco de mala suerte y habría tenido que desvelarme otra noche más. No sé si el maquillaje me seguiría ayudando a ocultar mis ojeras si hubiera pasado otra noche en vela.
Llego a la sala de estar y observo el sofá, inmediatamente me dirijo a él. Como quisiera poder sacarla de mi vida de una vez por todas y olvidar su maldita cara sonriente. Hago una mueca de disgusto y molesta me siento sobre el sofá. Pensativa observo seriamente el suelo bajo mis pies descalzos.
Tuve suerte de que Janís saliera rabiosa de mi casa. Si me hubiera obligado a ir con ella tras esos hombres a ese lugar, habría arruinado mi vida por completo. Tener que decirle que no habría sido como ponerme la soga al cuello, estoy segura de que, sin importar las excusas que diera, ella no olvidaría esa insubordinación.
Además, no puedo dejar mi vida por perseguir un pasado que no me incumbe. Ese problema ya es todo suyo, yo solo la ayudo mientras se encuentre en esta ciudad, solo eso y nada más, ese fue el acuerdo.
Suelto un suspiro y me tallo la cara de cansancio, luego me recargo sobre el respaldo. Curiosamente mi blusa se levanta y se muestra en mi cadera izquierda la marca que Janís me obligó a hacer para firmar nuestro acuerdo. Una doble carita feliz.
"Podrás vivir una vida normal, pero trabajarás para mí. Así que me ayudarás cuando te diga sin rechistar y yo no te tocaré a menos que necesites una corrección. Necesito mejorarte, ocupo una pantera negra, no un gatito mimado. ¿Entendiste?"
Paso saliva y suelto un jadeo. No tenía muchas opciones, era aceptar o morir. Sé que tenía que pasar difíciles semanas de entrenamiento, pasando hambre y hasta sobreviviendo en el bosque por mi cuenta en un lugar que no conocía. Pero lo único que no imaginé es que una vez que finalizara eso iba a tener que auto marcarme con un fierro caliente tal cual una vaca.
Por suerte Janís me dejó elegir el lugar, yo solo quería que se viera lo menos posible si quería tener una vida normal, así que termine por marcarme en mi cadera, justo al lado del hueso. Cierro los ojos y niego. Aún recuerdo el maldito dolor. Se me terminó haciendo una llaga. Me enfermé y Janís me cuidó. Ahora solo queda la cicatriz con aquella forma tan rara. Quien sabe de donde haya sacado ese fierro con esa forma.
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INSANE DESICION ©
Mystery / ThrillerTenía miedo, mi mente estaba al borde de la locura, mi tortuoso pecado seguía precionando sobre mis hombros como una enorme piedra aplastándome. ¿Había alguna forma de que mi mente se callara por un momento? ¿Podía ser feliz en lo que me restaba de...