Trago la saliva acumulada en mi boca. Estoy increíblemente impresionado, y sé que Zet a mi lado está igual que yo. El combate duró menos de un minuto, pero jamás en mi vida me hubiera imaginado que Keith tenía esas habilidades, como si hubiera nacido con ellas, como si fueran parte de él.
Observo como los tres hombres que sostenían a Keith lo sueltan y el grandote lo toma como a un costal de papas cargándolo en su hombro. El resto de los tipos que Keith derribó apenas se empiezan a levantar, cuatro hombres bajados uno tras otro por Keith con tanta facilidad. Él es una bestia, solo esa palabra puede describirle cuando pelea, ahora entiendo por qué nunca tuve oportunidad de vencerlo.
El tipo grandote se lleva a Keith inconsciente hacia donde están las furgonetas, vehículos en los cuales llegamos todos. Y al igual que este, los demás comienzan a seguirle. Pablo sonriente se nos acerca, sin embargo en el camino se detiene y toma del cabello a uno de sus hombres que se quejaba sobre el pasto.
– ¡Levántate nenita! ¡No seas maricón por un golpecito!
Pablo lo suelta molesto y vuelve a andar hacia nosotros. Su ensangrentada sonrisa nos saluda al llegar. Soy un imbécil, enserio que lo soy.
– Bueno jovencitos, el trabajo está hecho. ¡Les debo una! Si algún día ocupan algo por favor no duden en pedírmelo.
No puedo responderle. En mi interior siento un gran remordimiento, esto es lo que siempre había querido, pero... ahora que está hecho, ¿estoy satisfecho? Zet toma la palabra.
– Fue un gusto señor, así es como debe de trabajarse en este negocio. –contesta sonriente.
– Así es mi amigo, lo importante es hacerlo crecer y colaborar en todo.
Su sonrisa al instante desaparece para ser sustituida por una cara inocente, es un bastardo hipócrita.
– Bueno, pues espero que sigan así. Hay asuntos importantes que me gustaría que atendieran en cierto lugar.
– Claro señor, usted diga y nosotros con gusto lo haremos. –contesta Zet de inmediato.
"Idiota". No puedo evitar pensarlo una y otra vez, Zet es un idiota.
– Perfecto, vengan conmigo, aún no acabamos. –dice Pablo sonriente.
Zet le afirma y Pablo se retira. Una vez que él está lo suficientemente lejos, Zet me mira entusiasmado y comienza a celebrar lanzando puños al aire.
– ¡Sí! ¡Genial, ¿no?! Ese estúpido Keith por fin calló, ¡creo que hoy es el mejor día de mi vida! –me dice sonriente.
Lo miro serio y sin poder evitarlo niego. Zet me observa confundido. Esto no está bien, nada bien, la mirada que Keith nos dio no era de odio, pareciera como si nos hubiera regañado, como si se hubiera preocupado. Keith ha estado mucho más tiempo dentro de esto, sabe cómo funciona... ¿Y si cometimos un error? ¿Por eso me está matando mi conciencia? ¿Qué harán con Keith ahora?
– ¿No estás feliz? –me dice Zet.
Abro mi boca para hablar, pero termino quedándome callado. ¡Maldita sea! Observo a los demás, ahora somos casi los últimos que quedamos en el monumento. Doy un paso atrás. Tengo que irme, aprovecharé que todos están ocupados para salir de aquí. Doy la vuelta pero Zet me detiene sosteniéndome del brazo.
– Hey, ¿qué te pasa? Hace rato estabas emocionado por ver a Keith caer, y ahora estás así. –dice preocupado.
– Suéltame Zet, me voy de aquí, no quiero estar metido en esto más. –le contesto serio.
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INSANE DESICION ©
Mystery / ThrillerTenía miedo, mi mente estaba al borde de la locura, mi tortuoso pecado seguía precionando sobre mis hombros como una enorme piedra aplastándome. ¿Había alguna forma de que mi mente se callara por un momento? ¿Podía ser feliz en lo que me restaba de...