Mi tiempo de lectura es interrumpido cuando escucho gritos provenientes del pasillo. Desvío por un momento la mirada hacia la puerta de mi apartamento. ¿Qué absurdo escándalo está sucediendo allá afuera? Escucho a las personas que discuten pasar frente a mi apartamento y seguir andando alejándose.
Ignoro y continúo mi lectura. Pero no puedo ni siquiera leer el primer párrafo, no entiendo lo que leo porque mi atención ahora está en la discusión allá afuera. Necesito silencio, sólo quiero eso. ¿No pueden callarse por un momento y dejar que lea cómodamente como deseo?
– Maldita sea, juro que si siguen gritando voy a callarles yo mismo. –gruño entre dientes.
Joder, no estoy con ánimos, para nada, leer me tranquiliza, ¿y ahora me están jodiendo con esto? Tiene que ser una broma. Trato de leer al menos la primera línea, estoy en una parte muy interesante que hasta no quiero parar de leer... pero nuevamente fracaso.
Suficiente Keith...
Al diablo con las formalidades. Cierro de golpe el libro entre mis manos y con un leve impulso me yergo en mi sofá terminando sentado, pues estaba acostado con los pies cruzados y cabeza sobre los posa brazos.
Dejo con cuidado el libro sobre la mesita de madera frente a mí, y ayudándome con el impulso de mis manos sobre mis piernas me levanto del sofá. Camino descalzo hasta la puerta. Juro que si no se callan antes de que abra esta puerta voy a hacer que lo hagan a la fuerza. ¿Dónde está el señor Banner cuando lo necesitamos? ¿De parranda? De seguro que sí.
Tomo el pomo de la puerta y la abro, al instante las palabras de la gran discusión que va a acabar con todo el mundo entra claramente por mis oídos.
– ¡Vete de aquí Dílan, ya déjame!
– ¡¿Crees que tú puedes ordenarme qué hacer?!
– ¡Sí, y te digo que te vayas! ¡Terminamos!
Vaya, que sorpresa, lo que estoy escuchando ahora es una discusión de pareja, típico en nuestros días e interesante para algunos. Esto no va acabar bien.
– ¡Ja! ¡No me hagas reír, Samther! ¡Esto no termina hasta cuando YO lo diga!
Whow, que posesivo salió el tio ese...
– ¡Cállate! ¡Ahora lárgate y déjame!
Esperen, ¿dijo Samther? Acaso esa voz... Sí, es Sam. Esperen, ¿ella aún tenía un novio? Pensé que terminó con él, ¿volvieron?, ¿desde cuándo?, ¿y cómo es que no lo supe?
Salgo de inmediato del apartamento mirando hacia mi izquierda. Ahí están. Frente a la puerta del apartamento de Samther está un joven queriendo pasar.
Él trae una camisa con cuello "v" con botones color negro, una chamarra de piel del mismo color, jeans azules y tennis blancos. Su piel es clara un poco bronceada, tiene su pelo un poco largo y bastante alborotado, y su cuerpo es musculoso, sí que está fuerte el tio.
Podría ser mayor que yo por un año aproximadamente. Sin embargo a decir verdad su apariencia no me interesa en lo más mínimo en este momento.
– ¡Por Dios, Sam, te juro que nada de lo que viste fue cierto!
– ¡Yo te vi Wayne! ¡Te besaste con ella frente a mis ojos! ¡¿Acaso estaban por tener una cita a mis espaldas?!
– ¡Eso no es cierto, Sam! ¡Ella fue la que lo hizo! ¡Ella me provocó!
– ¡¿Ah, enserio?!
Veo a Sam salir por la puerta de su apartamento enfrentando al joven al tiempo que este retrocede un paso. Dílan Wayne, con sólo escuchar este nombre me hace querer golpearlo. Así que él es el tipo que hizo sufrir a Samther la otra vez, saberlo me pone muy furioso. Ya estaba enojado y ahora con esto estoy peor.
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INSANE DESICION ©
Mystery / ThrillerTenía miedo, mi mente estaba al borde de la locura, mi tortuoso pecado seguía precionando sobre mis hombros como una enorme piedra aplastándome. ¿Había alguna forma de que mi mente se callara por un momento? ¿Podía ser feliz en lo que me restaba de...