XII. REALIDAD

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El agarre en mi mano se debilita inesperadamente y el vaso cae. Intento pararlo con el pie pero no lo logro, el resultado ahora es inevitable.

¡SCRASH!

Contengo la respiración sintiéndome palidecer.

Dios mío no, Dios mío no... Demonios, demonios, ¡demonios...!

Keith, ¿qué rayos has hecho?

Me giro al instante y me muerdo con fuerza el labio interno, el pati-castaño ha escuchado... Y está parado en la entrada de la cocina, no tengo escapatoria.

Mierda...

No otra vez... –se queja incrédulo.

Lo observo ponerse una mano sobre su cien y negar mientras da un profundo suspiro. Paso saliva, esto no ha sido a propósito, ¡no es mi culpa estar asustado!

A-Alex... –logro articular.

Definitivamente estoy nervioso. Su nombre original es Alexander Sweers, sin embargo yo le digo Alex. Él es un castaño de pelo largo y ojos cafés claros, es alto como yo pero con una complexión más delgada que la mía, además, tiene mi misma edad. La razón por la que lo llamo "pati-castaño" es porque siempre se la pasa en una patineta utilizándola como medio de transporte, él es un skeater.

Escucho pasos venir desde fuera de la pequeña cocina y por la puerta aparece Jace. Sí, es el chico nuevo de nombre Jonathan West, ahora le digo así. Y juro que por un instante pude ver en sus ojos preocupación.

¿Qué sucedió? –pregunta alerta.

Keith volvió a quebrar otro vaso. –le explica Alex mirándolo.

Jace me mira sorprendido y baja su vista al vaso de vidrio hecho añicos junto a mi pie derecho.

Diablos Keith, esto no le agradará a Brad... y mucho menos al jefe.

Frunzo al instante el ceño, estoy demasiado molesto. Me arrodillo de inmediato junto al vaso, seguir parado sin hacer nada es pérdida de tiempo.

Si, si, ya lo sé, no se preocupen, lo pagaré yo mismo. Lo sustituiré de inmediato y no se darán cuenta. –contesto frustrado.

Comienzo a juntar rápidamente y con cuidado el vaso llenando su interior de los pedazos de vidrio que se le han desprendido. Estoy enojado, no por ellos, si no conmigo mismo. Estoy cansado de estar asustado, cansado de lo que me está sucediendo, odio tener miedo cada vez que salgo de casa, odio estar viendo a mis espaldas cada cinco segundos, estoy cansándome de sentirme observado. Pero no puedo hacer mucho, más que tratar de acostumbrarme y seguir como si nada sucediera.

Todo esto, lo que está pasando, me pone alerta y a veces paranoico. Este vaso se me calló por los nervios y descuido, por tener la mente en otro lugar. No puedo concentrarme bien a pesar de que quiero y esto no ayuda al trabajar.

Keith, te he notado muy raro estos días, ¿sucede algo? –pregunta Alex de repente.

Me tenso y detengo mi quehacer, esta pregunta no me la esperaba. Aprieto mi mandíbula. No, nadie más debe de ser involucrado, nadie debe de saberlo, todo esto es una carga que sólo yo puedo llevar, yo me he metido en esto, yo he sido el responsable, así que el final depende de mí y sólo de mí. Cierro mis ojos y suelto un profundo suspiro relajando en el acto mi cuerpo.

Nadie más, sólo tú...

Confirmo para mí mismo y levanto mi mirada ahora tranquila observando a Alex y Jace, les afirmo.

INSANE DESICION ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora