Miércoles, 12 de febrero de 2031, Madrid.
Cuando Jaume apareció por la puerta del pequeño bar en el que se habían citado, Samantha sintió que algo se le despertaba por dentro.
Observó que tenía el pelo exactamente igual que siempre, como si se lo recortara periódicamente para mantener el mismo largo, lo cual Sam sabía que hacía. Sus ojos verdes brillaron con especial luz al posarse en ella, y una sonrisa sincera y amplia se adueñó de sus labios mientras recortaba la distancia hacia ella. Lo primero que percibió la valenciana, sin embargo, fue su olor. Olía como siempre, la misma mezcla de perfume y suavizante, y por un segundo sintió la necesidad de cerrar los ojos y sumergirse en uno de sus fuertes abrazos.
No lo hizo, por supuesto.
El saludo inicial no fueron más que dos besos en las mejillas y una larga mirada embobada en los rostros de ambos.
- ¿Qué tal estás?
Fue él quien rompió el silencio, alzando una mano para llamar al camarero al tiempo que se quitaba el abrigo. Tomaron asiento en la mesa en la que Sam ya bebía una cerveza sin alcohol y Jaume pidió otra igual para él. No paraba de mirar la cabeza de la chica.
- Te va a crecer muy bonito - le dijo, sin necesidad de preguntar qué le había pasado para tenerlo tan corto. - ¿Qué tal está Flavio?
Samantha respiró hondo. De pronto no sabía qué hacía allí, con él. Y sólo habían quedado a tomarse una cerveza. Miró al bar; había poca gente y por eso habían escogido ese lugar. Miró a Jaume a los ojos y le vio como era, guapo, maduro, con un punto salvaje en la mirada que la había atraído desde el primer momento. El hecho de que lo que primero hiciera fuera preguntar por Flavio, no hizo más que recordarle que además tenía un corazón enorme.
- Le operan en dos días, y no es una manera de hablar - arrancó al cabo de unos segundos de silencio. - Este puto cáncer no nos va a dejar ni disfrutar del primer San Valentín juntos en condiciones y es posible que después no tengamos más... La quimio no funcionó, hizo metástasis en el pulmón. Terminó hace poco con todas las sesiones, desde que empezó en abril. Se me ha pasado el año volando... Ha perdido peso, pelo, energía, ha dejado de tocar el piano, ya casi no compone y se pasa prácticamente todo el día durmiendo. Pero todavía tenemos que darnos con un canto en los dientes porque el tumor del pulmón se ha reducido un poco y el de la columna también. Si la cirugía sale bien, es posible que pueda llegar a curarse con el tiempo. ¿Tú qué tal?
Jaume no contestó. La rubia había hablado de carrerilla y había muchas cosas que procesar. Sam bebió de su cerveza y se encogió de hombros, soltando en un suspiro el aire que le sobraba en el pecho.
- Le operan el día catorce - continuó.- Nos han dicho que la intervención puede durar hasta tres horas, así que me puedo volver loca en la sala de espera.
- ¿Dónde le operan?
- En el Universitario de Navarra.
Jaume asintió y bebió, y Samantha no habló más, esperando que lo hiciera él.
- Estoy aquí en calidad de amigo, Sam. No quiero ponerme en modo personal sanitario porque sabes que la oncología no es mi especialidad, y me imagino que ya habréis hablado largo y tendido con todo el equipo que le atiende... Pero sabes que tampoco se me ha dado bien vender humo, así que tampoco soy bueno para ser optimista...
- ¿Y qué me diría el Jaume realista?
- Te diría que confíes en la ciencia, en el equipo de profesionales y los medios e instrumentos para la operación. No puedo decirte "seguro que sale todo bien" porque es algo que no sabemos, y las circunstancias dentro de quirófano son impredecibles. Lo que sí puedo decirte es que Flavio está en una buena clínica, es joven y tiene motivos para querer salir adelante.
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UN POCO DE FEBRERO... y todo septiembre.
FanficHan pasado diez años desde que finalizó la edición más surrealista de Operación Triunfo y la vida no ha sido igual de dulce para unos que para otros. Diez años después del boom que supuso su paso por el programa, Samantha se reencuentra con un Flavi...