20 - Y no sé si esto es lo que quiero, y quiero pedirte tiempo.

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Martes, 9 de abril de 2030, Madrid.

El reloj marcaba las doce y cuarto cuando Sam recibió la llamada de Flavio.

Candela le dedicó una mirada fulminante que gritaba que por qué no había puesto el teléfono en silencio para la reunión. Los distintos productores que tendría el futuro CD no dijeron nada y aceptaron de buen grado que la chica pidiera un momento para atender una llamada muy importante, pensando qué podía ser más urgente que aquella reunión en la que iban a establecer los plazos para la grabación, producción, promoción y puesta en venta del siguiente álbum de la valenciana. Estaban en medio de una decisión trascedente, el próximo single.

Cuando pudo descolgar esa llamada y escuchó la voz liviana del chico se dio cuenta de que lo que de verdad le pesaba ahí era el corazón. Llevaba toda la mañana en el estudio y toda la mañana preguntándose cuando le diría algo el murciano. Necesitaba concentrarse en esa reunión pero sabía que sería incapaz hasta que supiera el resultado de la biopsia.

- Hola, ¿te pillo bien? -preguntó Flavio.

- La verdad es que no, estaba en una reunión...

- Ah, pues te llamo después, perdón - le interrumpió él.

- No, no, dime, he salido un momento, esto es más importante.

Flavio respiró hondo, y no dijo nada durante unos segundos.

- Me han dado los resultados... - Samantha se mordió el labio inferior, impaciente.- No ha hecho metástasis... Está localizado en la columna y no ha pasado a la médula ósea. Me han dicho muchas cosas de centímetros cúbicos que no tiene mucho sentido que te explique por teléfono pero en unos días tendré que volver para empezar con el tratamiento.

Samantha no supo qué decir. Alguien se cruzó con ella en el pasillo y le dio los buenos días, viendo la cara de circunstancias que tenía la pobre.

- Son buenas noticias- añadió Flavio. Parecía contento pero no mucho.

- Gracias a Dios - suspiró ella.- ¿Y cómo estás? No voy a salir de aquí en todo el día y he quedado a cenar pero puedo moverlo y nos vemos si quieres....

- No te molestes, me voy a bajar unos días a Murcia después de comer - le informó. - Le dije a mi madre que bajaría ayer pero estaba esperando los resultados. Nos vemos cuando vuelva, si quieres.

- ¿Estás bien? ¿Estás tranquilo?

Samantha sabía que no se podía entretener mucho con esa llamada, pero también sabía que sería incapaz de volver a entrar a esa sala si no cerraba bien esa conversación.

- Estoy... algo aliviado, pero siento que tengo mucha prisa. Quiero hacerlo todo ya. Me han dicho que tendremos que empezar con la quimioterapia pero que me tengo que concienciar de todo lo que supondrá el proceso y si por mi fuera entraría ya a quirófano.

- No digas eso, Fla.

- Tarde o temprano tendré que pasar por allí, y tengo mucha ansiedad por curarme - suspiró. - Me han dicho que no es bueno, que puede ser un proceso muy largo. Por eso creo que bajar a casa unos días me vendrá bien para estar distraído, tranquilizar a mi madre, ver a mis hermanos pequeños...

- ¿Te bajas en tren? ¿No irás en coche, no?

Le escuchó reír al otro lado de la línea.

- Claro que voy en coche, Samantha. El tren es más lento, ya lo sabes.

La chica chistó, disconforme.

- ¿Me vas a decir lo mismo que mi madre? ¿Qué no quieres que me pegue esta paliza yo solo? - rio él solo. - Te diría que vinieras conmigo, pero sé que tienes trabajo.

UN POCO DE FEBRERO... y todo septiembre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora