Lunes, 22 de abril de 2030, Madrid.
Al verla entrar al estudio el lunes por la mañana, Candela suspiró profundamente aliviada.
Se encontró con una Samantha jovial, sonriente pese a no ser ni siquiera las diez en punto. Llevaba una bolsa de papel de estraza marrón chorreando grasa y un termo enorme de lo que todo el mundo supuso que sería café.
- ¡Buenos días! - besó a su representante y al productor y buscó un lugar donde apoyar el desayuno.- Traigo churros y café. No puedo ser la única que no ha desayunado.
No lo era. Había unas cuatro personas repartidas por la sala y todas parecieron despertar ante el olor de los churros más que del café. Se repartieron el desayuno entre todos y ella se sacó un café a parte de la máquina, descafeinado y sin azúcar. Candela se acercó a ella.
- ¿Qué tal el finde? Te veo descansada, espero que hayas recargado energías. ¿Llegaste bien anoche?
- Sí, me hacía falta desconectar. Llegué un poco tarde... ya sabes que me pasa siempre, que planeo salir de casa después de comer y luego me da la pereza y termino merendando allí... Pero bien, tengo muchas ganas de trabajar a tope con el single. He pensado que podíamos incluso adelantar la fecha de salida. Julio me parece muy lejano, y me gustaría sacar dos antes de la gira, no sólo uno.
- Estamos casi en mayo, Sam.
- ¿Podemos mirarlo? - puso cara de niña buena.- He pensado también que voy a finalizar el proyecto de la radio en cuanto acabe los contratos que tenemos ya hechos. Quiero centrarme en el CD y no voy a dejar las clases de canto...
- Me parece buena decisión... Como hobbie estaba muy bien, pero te van a faltar horas al día en cuanto entres al estudio. El viernes hablamos con la estilista, tiene varias propuestas, cuando establezcamos fechas deberías mirar el portfolio.
- Vale.
- Ah, y otra cosa - sorbió de su café. - Flavio ha dicho que sí.
Samantha la miró desconcertada. ¿Flavio? No conocía a ningún Flavio.
- A la colaboración - aclaró Candela, pero la valenciana estaba más que perdida. - ¿No te acuerdas? Hace unos quince días o así me llamaste y me dijiste que moviera papeles con su discográfica para cantar juntos para la radio.
Mierda, pensó.
- Les mandé el borrador del contrato esa semana y me lo devolvieron firmado el viernes, justo cuando te fuiste.
Mierda, mierda, mierda.
- Sólo falta que lo firmes tú y empezar a cuadrar una fecha. No sé si vais a cantar algo tuyo o algo de él, sabes que yo en procesos creativos no me meto mucho, pero lo que sí deberíamos saber es qué tipo de vídeo vais a hacer para el canal de YouTube porque si es un acústico como el de Miki no lleva mucho tiempo, lo cuál nos beneficia porque tiempo no nos sobra, pero si es algo más elaborado, ya tendríamos que estructurar más cosas. Cuando sepáis algo, me avisas y vamos...
- Candela, para.
Su repre dejó de hablar. Había cogido carrerilla planteando muchos escenarios y Samantha no estaba escuchando ninguno porque era algo que, sencillamente, no iba a pasar.
- No va a pasar - le dijo. - Páralo.
- ¿Cómo que lo pare? - su voz subió una octava y se olvidó de que tenía una porra entera en la mano chorreando grasa. - Cómo lo voy a parar, Samantha, si ya está todo firmado.
- Yo no he firmado.
- Es que tú eres la que no se puede negar una vez que mandamos una solicitud normal, y lo sabes de sobra. Universal sí ha firmado, Flavio ha firmado. ¿Se puede saber qué ha pasado?
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UN POCO DE FEBRERO... y todo septiembre.
FanfictionHan pasado diez años desde que finalizó la edición más surrealista de Operación Triunfo y la vida no ha sido igual de dulce para unos que para otros. Diez años después del boom que supuso su paso por el programa, Samantha se reencuentra con un Flavi...