Prisión de Omegas (Kookgi) +18

60. Todo es culpa de Jung Kook

Busan, Cuartel provisional.
Habitación de Jung Kook.
2:45 p.m

Jeon trabajaría de noche, lo había solicitado sin ninguna posibilidad de negación. Estaba exhausto, y era entendible, no había dormido en dos días.

En cuanto llegaron a la habitación, Jeon se acostó y cayó rendido. Yoongi, en silencio, se había quedado a su lado, por unos instantes mirándole, otros, había jugado silenciosamente con el móvil de Jung Kook y otro tanto se había quedado dormido también junto a él. Había visto páginas de ropa en línea e incluso había llamado a la prisión para intentar contactar con sus amigos.

Se había escabullido para encerrarse en el pequeño y sencillo baño que había en la habitación, todo, para no despertar a Jung Kook. Sin embargo, aunque lo había intentado todo, no había podido contactar con ninguno de los números que recordaba de la prisión.

—Malditos teléfonos, siempre están ocupados; cuando regrese le diré al director que tiene que agregar más teléfonos públicos —dijo con tono berrinchudo mientras salía del baño, sin percatarse de que su destinado, aun sobre la cama, ya estaba despierto.

Se detuvo en seco bajo el marco de la puerta del baño. Sus ojos se habían abierto más de lo que podían y con voz suave, susurró:

—Jung Kook.

—¿A quién estabas llamando con mi celular? —preguntó el alfa, con una voz ronca de recién levantado.

—A Tae —respondió Yoongi en seguida, en definitiva por instinto. Cerró los ojos autoregañándose y así agregó —, a Jennie o a Chaeyoung, al que sea, solo quiero saber como está todo allá.

El silencio se intensificó y la incomodidad abrumó a Min, quien aún quieto justo donde se había quedado, fue escudriñado por su destinado, quien con voz suave, ahora amable, le dijo:

—Ven, te ayudaré.

Los ojos de Yoongi parpadearon un par de veces con asombro y entonces, casi corriendo llegó a la cama, tomó asiento al lado del alfa y sin dudarlo le entregó el móvil.

—¿A quién llamarás? —preguntó Yoongi, al ver que Jung Kook buscaba entre su agenda.

—Al director —respondió el alfa.

—¿Qué? —Min estaba sorprendido, es decir, estaba agradecido, pero con el director allí, no podría hablar con Taehyung como él lo deseaba.

Al instante, Jeon notó la duda y la negativa de Yoongi.

—¿Qué? ¿Tienes algo privado que hablar con ese omega? —cuestionó.

Sí, había dado justo en el clavo y Jeon lo sabía.

Suspiró rendido y sin decir nada se puso en pie, con móvil en mano. Caminó hacia el baño aún en silencio. Min, quieto en la cama, lo miró alejarse. Entonces, escuchó la voz de Jung Kook decir:

—Teniente, pon al teléfono a la prisionera Kim Jennie.

En seguida, Yoongi se puso en pie con un salto y con sus ojos de par en par, vio a su impresionante alfa caminar de nuevo hacia él, ahora con móvil en mano y mirándolo con fijeza.

—Toma —le dijo Jeon entregándole el móvil sin dudarlo un instante.

En silencio y sorprendido, Min tomó el celular y lo colocó contra la oreja. Entonces, justo del otro lado escuchó la voz de Jennie hablando con el teniente Kim.

—¿El Coronel quiere hablar conmigo? ¿Y por qué conmigo? ¡Yo no sé nada! —dijo la chica por completo asustada, sin embargo, tomando el móvil y colocándolo en su oreja —, Coronel, yo no sé nada...