Prisión de Omegas (Kookgi) +18

10. Lámpara de estrellas

      Plaza Mayor, Gangnam.
      Hora: 7:40 p.m

—Buenas noches, vengo por un pedido que hice esta tarde —dijo Jeon a la omega que estaba en el mostrador.

La mujer, al ver al alfa alto y moreno se irguió, atusó su cabello y alisando su falda negra, dijo:

—Claro que sí, señor, ¿a nombre de quién?

—Jeon Jung Kook.

La chica buscó entre los pedidos y sonriendo dijo:

—Una lámpara proyectora de estrellas.

—Correcto —espetó el alfa.

La mujer sonrió de nuevo, sin embargo, el rostro serio de Jeon no había cambiado ni un poco. Algo incómoda, la omega dijo:

—¿Quiere que lo envuelva en papel de regalo?

Por un momento lo pensó. ¿Debería hacerlo? Ciertamente era un regalo por no meterse en problemas. Convencido, asintió con su cabeza.

—Envuélvalo —dijo.

La chica así lo hizo, una vez listo el regalo envuelto en su caja, Jeon se marchó, dejó el regalo en su maletero y condujo a casa. Dejaría el regalo en el maletero, no actuaría por segunda vez imprudentemente con respecto a los regalos para Yoongi. De su auto no saldría hasta la mañana siguiente, cuando fuera a entregárselo al mismo Yoongi.

Apagó el motor del auto, salió del estacionamiento y llegó a casa. No obstante, Jimin no estaba en casa. Extrañado, tomó su celular y marcó.

—Hola —oyó decir la voz de su esposo al otro lado.

—Cariño —dijo.

—Jung Kook —se escuchaban voces de fondo, música y risas.

—¿Dónde estás? Iré por ti —preguntó.

—Estoy celebrando el cumpleaños de una compañera de trabajo y estoy con Lisa —explicó Jimin en seguida.

—Oh, bien, entonces, disfruta y avísame cuando quieras que vaya por ti —dijo él.

—No te preocupes, tenemos un conductor designado y nos llevará —comentó Jimin.

—De acuerdo —volvió a decir Jeon.

—Descansa, trabajas mucho —oyó a Jimin decir, mientras se alejaba de las risas y la gente.

—Está bien, pero llámame si pasa algo, ¿de acuerdo? —pidió.

—Claro —aceptó Jimin.

La llamada finalizó y Jeon caminó hacia su habitación. Ya había cenado, se dio un baño y se metió a la cama. Cuando despertó de nuevo eran las cinco de la mañana y el despertador de su celular sonaba sin parar. Miró a su lado buscando a Jimin, pero éste no estaba. Miró hacia el baño, pero no había rastro de él. Preocupado, se puso en pie, apagó la alarma y llamó a su esposo.

—El número que está llamando no se encuentra disponi...

Colgó y mirando hacia la puerta salió de su habitación, esperando con esperanzas de que su esposo estuviera durmiendo su borrachera en el sofá, como de vez en cuando hacía. No obstante, no estaba.

—Jimin —susurró preocupado.

Marcó su número mil veces, pero él no atendía. Llamó a Lisa.

—Disculpa que te llame tan temprano, Lalisa, soy Jung Kook, ¿Jimin está contigo?

—Jung Kook —susurró la chica, aun entre dormida y despierta —, sí, está conmigo, claro... —dijo ella, mientras oía las sábanas moverse —, espera, le diré que lo llamas.