61. Miel en sus labios, oscuridad en su corazón.

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      Base militar, cuartel de Busan.
      Unas semanas después.


El término "luna de miel" les calzaba como anillo al dedo a esos dos, o eso pensaban todos en aquel lugar.

Eran inseparables, donde estaba Jeon estaba Min y donde anduviera Min, Jeon andaba cerca. Eran como imanes, atraídos uno por el otro.

Jeon había comenzado a acomodar su horario a uno más decente. Las noches, ya no podía pasarlas en la sala de información. Ya no estaba solo, no podía obligar a Yoongi a pasar cada noche en un sofá, por más cómodo que éste fuera. No, jamás permitiría que su destinado durmiera en un sofá solo para acompañarlo en el trabajo.

Sin embargo, el trabajo era demasiado y varias veces pasaban de las diez de la noche al terminar. Cuando se volteaba a buscarlo, se encontraba con Min acurrucado en un sofá de la sala, cubierto por una manta y con sus ojos cerrados.

Min se dormía esperándolo. Rendido y riñéndose a sí mismo por no apresurarse, Jeon lo cargaba entre sus brazos bajo la curiosa mirada de los que aún parecían sorprendidos, así, se marchaba con Min junto a él.

A veces, al colocarlo sobre la cama, Min despertaba, otras veces, no. Sin embargo, cuando Min no despertaba, Jeon lo hacía despertar entre besos y caricias, para luego hacerle el amor.

Min se dejaba hacer siempre que Jeon lo abrazaba y lo besaba. Min cedía como si aquello fuera natural. No obstante, su mente era un oscuro ser del que no debería confiar.

"Él no te quiere" le decía aquel feo ser que tenía como subconsciente.

"Te abandonará cuando su esposo regrese" le recordaba entre beso y beso algunas veces.

"Lo escogió a él, no a tí y eso no cambiará" Yoongi no necesitaba de enemigos, Min era su propio enemigo.

A veces se notaba en su mirada que algo no andaba bien. Jeon se preguntaba silenciosamente por aquello que pasaba por la mente de Yoongi.

Jeon ya había comenzado a reconocer sus estados anímicos; si pedía mucha comida y hablaba con todos en la sala, era una buena noticia. Pero si se quedaba silencioso y se alejaba de todo y todos, sumergido en el móvil de Jeon, era una señal.

Esos días en especial, nadie se le acercaba, nadie le hablaba. Eran órdenes explícitas de Jeon. Quizá solamente lo haría aquella omega, la chica de los cafés, quien siempre era recibida con una ligera sonrisa por parte de Yoongi.

Llegada la noche, Jeon se lo llevaba en brazos hacia su habitación y en silencio le abrazaba, diciéndole un millón de veces que lo amaba. Sin embargo, Min no le creía. Él simplemente se quedaba en silencio, y sin renegar se dejaba hacer. Así, Jeon le hacía el amor una vez más. Aunque su corazón doliera al terminar y aunque su mente gritara a todo pulmón que sería abandonado una vez más por su alfa destinado.




      Prisión de Omegas.
      Patios, ala este.
      Hora: 3:45 p.m


Los primeros días del verano finalmente se asomaban. El patio, después de meses, finalmente estaba lleno. Taehyung miraba a los oficiales a su derecha. Un par de alfas que Kim Taehyung conocía muy bien, Kim Jongin y Ahn Hwasa.

No le agradaba que aquellos alfas lo estuvieran vigilando las veinticuatro horas, pero no había nada que pudiera hacer al respecto. Es decir, era la mano derecha de Yoongi y cuando él no estaba, Taehyung daba las órdenes.

Prisión de Omegas (Kookgi) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora