79. Reflexiones.

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—A veces, las personas tienen un tiempo destinado con nosotros, llegan a nuestras vidas para enseñarnos algo y luego se marchan cuando ya lo hemos aprendido —comentó Yoongi sobre la cama, mirando a las niñas acurrucadas junto a él.

—Papá se irá, ¿verdad? —cuestionó Ryujin astutamente.

      Min la miró con asombro y al mismo tiempo con orgullo. En definitiva, su hija no solo había heredado la apariencia hermosa de una alfa, sino, que también la astucia de una.

—Sí —le dijo sonriendo suavemente, para que no notaran sus ganas de llorar —, Alfa me enseñó a amar, gracias a él, aprendí a amarme, a amar a Tae y a ustedes, pero no puede quedarse aquí con nosotros.

—¿Y se irá para siempre? —preguntó Yeji.

—No —negó Yoongi —, él siempre va a estar con ustedes, niñas, incluso conmigo, pero ya no lo hará de la misma forma.

—No entiendo —dijo Yeji confundida.

—Es complicado de explicar, el alfa estará siempre pendiente de nosotros, porque nos ama con todo su corazón, pero él tiene que volver a su hogar —explicó Yoongi.

—¿Y si vamos con él? —dijo Ryujin con esperanza, levantándose de la cama y mirando a Yoongi con emoción —, papi, vamos con Alfa.

      Yoongi no supo qué decir. Y es que, ¿cómo les explicaba a sus niñas que allá serían rechazadas y repudiadas por su propia familia?

      Su ceño se frunció y negando con la cabeza, se dijo a sí mismo:

      "No voy a permitir que las traten como a mí"

—Él las llevará algún día, cuando sea el momento —dijo Yoongi negando con su cabeza.

     De solo imaginarse frente a aquella familia...

     Y es que, habían acabado con su seguridad, con su autoestima y su confianza...

—No eres más que un niño que no sabe en dónde está parado, ¿de qué presumes? de ser un delincuente, un omega asesino y un mafioso ¡Ja, vaya orgullo! No eres consciente que desde que mi nieto te conoce solo desgracias le han ocurrido.

      Aquellas palabras retumbaban aun en sus oídos...

      En el fondo de su alma...

      Cinco días después, desde la conversación entre Min y Jeon, las cosas parecían medianamente pacíficas, o al menos en lo que a Jung Kook y Yoongi respectaba. Pues, la cara contraria de la moneda eran Namjoon y Taehyung. Éstos parecían más como perros y gatos, o mejor dicho, Taehyung parecía un gato asustado huyendo de un pobre perro que lo seguía a donde fuera.

     Huir del alfa era la nueva vocación del omega, quien dejando incluso el salón de belleza, con clientes incluidas, corría lo más lejos posible de Namjoon.

—Pobre desgraciado —comentaba Jennie desde el interior del salón, al ver justo sobre la acera, que Taehyung había dejado a Namjoon con la palabra en la boca, para irse al departamento donde Yoongi se encontraba con las niñas y Jeon.

     Era curioso como funcionaba todo. En el pasado, los que vivían en una guerra campal eran Jeon y Min, sin embargo, la cordialidad, la calma y la paz entre ellos era como un soplo de aire fresco en ese momento. Todo lo contrario a los Kim, quienes hacían un ambiente hostil en cuanto sus ojos se encontraban.

     Era todo por la negativa del omega a hablar con el alfa, quien lo único que quería era eso, hablar. No obstante, Taehyung parecía repelerlo como si éste tuviera alguna especie de enfermedad contaminante por el simple hecho de querer hablarle.

Prisión de Omegas (Kookgi) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora