13. Jugando con fuego

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      Prisión de omegas.
     Celdas de aislamiento.
     Hora: 5:55 p.m


La puerta se abrió y Jeon ingresó por ella con calma, una calma que prometía catapultar a cualquiera que intentara perturbarla.

El omega dentro de la celda se puso en pie y con sus ojos abiertos, y alertas, murmuró:

—Coronel.

—Coronel Jeon para ti —lo corrigió Jung Kook con su típica frialdad que lo destacaba, mientras tomaba asiento en la única silla disponible el pequeño espacio cerrado —, supongo que sabes por qué estoy aquí.

—¿Por qué me peleé con su omega? —dijo de pronto el omega de cabellos color miel, dejando así entrever una mirada maliciosa —. No puede decir que no lo es, el idiota babea por usted y usted lo consiente, estuvo con él en su celo, todos lo saben. Él es su omega y usted el alfa.

"Otro omega loco dándome títulos que no quiero" pensó Jung Kook, relacionando esas palabras con Yoongi más que todo, pero también provocando que los vellos se le crisparan ante la sola mención de lo que el omega frente a él estaba insinuando.

Y es que, aquellas palabras traían un trasfondo significativo y obvio. Yoongi era el omega alfa de la prisión pero Jeon en cuestión, estaba por encima de eso y el mismo Yoongi lo había colocado allí inconscientemente al reconocerlo como el alfa que deseaba.

¿Pero qué era exactamente lo que había insinuado con tanta obviedad para que el mismo Jeon se crispara de la manera en que lo había hecho?

Independientemente de si Yoongi fuera el omega alfa, había una realidad muy clara para todos los presos, Jeon controlaba a los omegas de la prisión con una sola mirada y Yoongi no estaba exento de eso. Por lo tanto, quien estuviese al lado del alfa, por añadidura tendría el poder de los demás omegas. En pocas palabras, tendría el control absoluto de la prisión.

—Coronel Jeon, sobre la pelea... —y entonces, el chico frente a él comenzó a actuar de forma tierna.

"Oh, por favor, no" se dijo Jeon con deseos de ponerse en pie e irse de una buena vez.

—No era mi intención romper la lámpara, escuché que fue un regalo suyo y yo...

—¿No me digas? —cuestionó el alfa con sarcasmo. Ahora estaba comenzando a entender por qué a Yoongi le caía tan mal, era un tocapelotas y de los grandes —, la razón por la que estoy aquí no es por la lámpara, si no, porque iniciaste una pelea con el líder de esta prisión —Jeon negó con su cabeza —, por tu propia seguridad estarás aquí un tiempo, pero te aconsejo que cuando salgas de nuevo, no te le pongas al frente, porque no creo que pueda detenerlo.

Jeon se levantó y dando media vuelta caminó hacia la puerta que se encontraba entre abierta. Sin embargo, justo cuando estaba por salir, el preso le dijo:

—¿Tan bueno es en la cama que lo dejará hacer lo que le place? si es así, le aseguro que yo soy mejor que él, ¿qué le parece si me toma a mí como su omega en lugar de a él?

Y entonces, la paciencia de Jeon desapareció. Se volteó un poco y de reojo lo observó fulminantemente.

El omega se contrajo allí mismo. Su sonrisa de hacía unos segundos se congeló y en su lugar, la palidez adornó su rostro. El olor sutilmente picante y fresco del alfa, se volvió mucho más pesado, se sentía incluso en el paladar cuando tragaba saliva, era como si se hubiera comido un chile panameño picante de un solo bocado y para rematar, adicionado con aderezo de salsa tabasco.

Prisión de Omegas (Kookgi) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora