43. En medio de la oscuridad

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En un lugar como la prisión, la estabilidad emocional del líder de los presos era algo indispensable. Es decir, era sencillo de entender. Un líder débil era fácil y rápidamente reemplazado por otro.

En la prisión, no había cabida para los débiles. Los débiles eran comidos por los fuertes. Ley de la naturaleza, lo llamarían también ley básica de supervivencia.

Era una completa suerte que Min no se encontrara solo, era también una completa suerte que Yoongi tuviera a Taehyung y a Jennie a su lado, protegiéndolo y defendiéndolo a capa y espada. Era también una total suerte que no hubiesen disturbios mientras la cabeza de Yoongi parecía perdida en un extraño y profundo tren de pensamientos.

Uno que a simple vista tenía un nombre: Jeon Jung Kook, pero que además, gritaba abandono y oscuridad...





     Prisión de omegas.
     Un día antes del regreso de Jeon.
     Oficina del director Kim Seokjin.


Un silencio incómodo inundó la habitación, mientras que la mirada tenebrosamente oscura de Min taladraba los ojos del director como si quisiera hacerle un agujero en ellos.

—No —fue su respuesta inmediata.

—Min...

—No —volvió a decir Yoongi, ante el llamado apaciguador del director, quien mirándolo compasivo suspiró —, no necesito de un loquero, no quiero que mi vida privada sea más ventilada de lo que ya es, así que no, no hablaré con un psicólogo de ningún tipo, además, no necesito esa mierda.

—Joven Min... —Esta vez, era la doctora quien parecía intervenir —, te hará bien.

Una risa para nada divertida se desplazó por los labios de Min, quien mirando hacia ningún lado en específico, se cruzó de brazos en señal de negación.

—¿Qué los hace pensar que hablar con un desconocido podría ayudarme? —sentenció Min con simpleza.

—Porque justamente es un desconocido, él podría ayudarte, vería las cosas desde un punto neutral —explicó el director.

De nuevo Min rió sin ganas...

—Claro, neutral —murmuró con recelo, a su vez, que fruncía el ceño.

—Además, no es un desconocido cualquiera, es una gran doctora, especialista en el campo de la psicología, su consejo te podría ayudar, o al menos pienso que el desahogarse sería bueno para ti —la doctora Lee parecía decidida.

Una vez más, Min resopló negándose. No aceptaría, nunca o al menos eso había pensado Yoongi ese día...




      Al día siguiente.
      Mansión Park.
      8:50 a.m


Las vacaciones habían finalizado. Jimin y Jung Kook habían regresado la noche anterior de la Isla de Jeju.

Habían sido cuatro días estupendos, o al menos lo habían sido para Jimin, quien el viaje le había sentado de maravilla. Tenía un color rosado en sus mejillas, las náuseas se habían controlado y su barriga parecía crecer de a poco.

No obstante, Jeon no podía compartir la misma felicidad. Se sentía cansado por la falta de sueño y para rematar, su cabeza no podía apartar la imagen de Yoongi un solo instante, pues su lobo constantemente se lo hacía recordar. Lo extrañaba, sí, era verdad,y su lobo e incluso él mismo se había descubierto pensando en él. ¿Qué podía hacer? Nada, él ya había tomado una decisión, buena o mala, ya estaba hecho y sentía que no podía retractarse.

Prisión de Omegas (Kookgi) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora