Seúl, Gangnam, área de restaurantes y cafés.
Lunes por la mañana.
10 a.m
—Hola, Jung Kook —la voz al otro lado de la línea no era de Jimin. Jeon miró su móvil un momento y de nuevo se llevó el teléfono a la oreja.
—¿Lisa? —preguntó el alfa, mirando su taza de té frente a él —, me gustaría hablar con Jimin, ¿está?
—Está, pero está dormido en este momento, me gustaría que descansara un poco, ya sabes, no ha dormido bien últimamente —comunicó la omega al otro lado de la línea.
—Entiendo —murmuró el alfa, mientras miraba perdido un punto sobre su mesa —, sé que no quiere hablar conmigo, pero comunícale que he tratado de contactar con él y dile por favor, que es importante, ya no podemos seguir posponiendo esto.
El silencio se hizo después de eso, Lisa al otro lado de la línea, parecía que quería decir algo. No obstante, no estaba segura de si debía hacerlo.
—Solo dilo, Lisa —dijo entonces el alfa.
—Jimin no ha estado en su mejor momento, ¿sabes? —dijo ella.
—Lo sé, no tienes que decirlo —respondió el alfa.
—No, de hecho, me siento en la obligación de hacerte saber, porque aun es tu esposo y aunque según sé, tienes otro omega ahora, Jiminie sigue siendo tu omega también, al menos por el momento, supongo que se separarán pronto, por eso... —calló, tragó saliva y con un suspiro profundo, agregó —, solo sé amable cuando hablen, ¿de acuerdo? Sé sutil, porque el más afectado en esto es Minie.
Un nudo se instaló en la garganta de Jeon. ¿Qué tan mal debía estar Jimin para que su amiga le dijera que fuese gentil con él? No tenía ni que pensarlo, Jeon lo sabía, él lo conocía, sabía cuánto lo amaba Jimin y sabía cuánto debía estarle doliendo lo que estaba pasando.
—Lo sé —fue la única respuesta de Jeon.
—Bien.
La llamada terminó y Jeon se quedó un poco más en el café donde había comprado su desayuno esa mañana. Sin saber que justo esa misma noche vería a Jimin cara a cara, pero no de la mejor manera.
Cuando terminó su desayuno, salió del lugar y caminó por las calles comerciales. Quioscos, tiendas con aparadores brillantes y música se oían en algunas tiendas. Pasó desinteresado, él solo quería matar el tiempo. Era su último día de descanso, para esa hora al día siguiente estaría en la prisión y usando su uniforme azul habitual, y posiblemente lidiando con Yoongi.
—Este color me encantó —escuchó la voz animada de una mujer, quien saliendo de una tienda con su aparente novio, agregó —, muchas gracias por comprarlo, Cariño —la chica se abrazó al brazo del chico que la acompañaba, mientras satisfecha, miraba sus uñas recién pintadas de color rosa. Y entonces, recordó el pedido de Yoongi justo en ese momento.
"Los pintauñas que quería" se dijo a sí mismo, deteniéndose unos segundos para mirar a los chicos que ya lentamente se habían alejado. Miró hacia la tienda por la que habían salido y sin dudarlo más, entró por la puerta.
—¡Bienvenido! —le dijeron en seguida un par de jóvenes omegas, quienes parecían emocionadas de verlo llegar.
El alfa inclinó su cabeza y mirando todo el lugar con atención, preguntó:
—Busco esmaltes para uñas.
—Claro, por aquí —dijo una de ellas, mientras la otra parecía resentida y molesta, quizá porque el área de los esmaltes no era el suyo, pero sí el de su compañera —, ¿busca un color en especial?
ESTÁS LEYENDO
Prisión de Omegas (Kookgi) +18
FanfictionEl infierno para algunos, el paraíso para otros. La prisión de omegas era lo que podría denominarse el reino de Min Yoongi, un omega preso como todos los demás, pero al mismo tiempo, completamente diferente a ellos. Min poseía un gen dominante y po...