Prisión de Omegas (Kookgi) +18

37. Regreso a prisión, parte 2

DATO IMPORTANTE, HE TENIDO QUE RESUBIR ESTE CAPI, YA QUE AL PARECER HA TENIDO ALGUNOS FALLOS O ALGO ASÍ, SO... AQUELLOS QUE YA LO LEYERON, SORRY POR ILUSIONARLOS Y PUES, AQUELLOS QUE NO, PUES DISFRUTEN, SIN MÁS, ME DESPIDO PARA QUE INICIEN CON LA LECTURA n.n

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     Estacionamiento de la prisión de omegas.
     Hora: 11 a.m

El alfa detuvo su auto en el espacio asignado del aparcadero y entonces miró a su silencioso omega, quien mirando por la ventana permanecía sentado y pacífico a su lado. Demasiado pacífico, pensó el alfa, mientras lo contemplaba mirando las instalaciones de la prisión desde afuera.

"¿Cuándo podría verlas desde afuera de nuevo?" se dijo Min.

—¿En qué piensas, Omega? —preguntó el alfa. Entonces, Yoongi finalmente volvió a mirarlo.

La luz que se filtraba por la ventana iluminaba directamente el rostro de Yoongi, mientras su cabello bicolor lo hacía parecer una criatura casi irreal ante los ojos del alfa.

Era su piel demasiado blanca, sus ojos demasiado oscuros, pero además, era aquel aire misterioso y serio que portaba con él la mayor parte del tiempo, lo que tenía a Jeon fascinado y a la vez preocupado. Es decir, el omega era todo un misterio para su alfa algunas veces.

—No es nada —dijo Yoongi, acentuando la curiosidad del alfa un poco más, así como su preocupación.

De nuevo el silencio inundó el interior del auto.

Yoongi suspiró profundamente.

—Alfa —dijo entonces mirándolo.

La atención de Jeon se centró completamente en su omega de cabellos bicolores, y una vez más, Yoongi suspiró sin decir nada. Entonces, justo allí, en medio del silencio y en medio de la atenta mirada del alfa, Min se quitó su cinturón de seguridad y sin preguntar se subió sobre Jeon a horcajadas.

Una sonrisa cómplice se dibujó en los labios del alfa, quien colocando sus manos en la cintura de Min, se quedó en silencio contemplando el rostro de su omega frente a él.

—Sabes que te amo con locura, ¿verdad, Alfa? —susurró Yoongi con sus labios a solo unos centímetros de los labios de Jung Kook.

Otra sonrisa, aún más grande que la anterior, se marcó en el rostro de Jeon, quien apretando la cintura de Yoongi contra él, asintió con su cabeza.

—Sabes que eres mío también ¿verdad? así como yo soy tuyo —una vez más, Jeon asintió con su cabeza, esta vez, acompañado con una risilla suave por su parte.

—Tú eres mi todo, ¿lo sabes? —volvió a preguntar Yoongi y una vez más, el alfa asintió —, nada ni nadie podría reemplazarte.

Entonces el silencio de nuevo reinó en aquel auto, mientras sus miradas se compenetraban como si quisieran fusionarse una con la otra.

—Eres el único al que amaré de esta manera, Alfa, lo juro —prometió Yoongi, besando suave y fugazmente sus labios —, mío para siempre, Alfa, asì como yo soy tuyo para siempre —agregó, dando de nuevo un beso fugaz, dejando al susodicho con deseos de un beso más profundo —, es nuestro destino —Sin embargo, no hubieron más besos fugaces, solo miradas y sonrisas.

Aquellas confesiones eran más que sabidas por Jung Kook. Es decir, Min no necesitaba decir lo que claramente destilaba por sus poros.

"Es nuestro destino amarnos, lo sé" se dijo Jeon en sus adentros, mientras continuaba perdido en aquel par de ojos gatunos, al mismo tiempo que levantaba su mano hasta tocar la mejilla sonrojada de Yoongi, para después, llevarla a su cuello marcado y vendado.