Prisión de Omegas (Kookgi) +18

4. Yoongi y el Coronel

     Prisión de omegas.
     Hora: 8:55 a.m

—¿Sabes por qué te escogieron a ti? —reprendió el Coronel a Park Chanyeol.

—Por que soy de confianza —respondió el alfa a su Coronel, quien asintiendo con su cabeza, lo miró con más fijeza.

—Es un omega bonito, lo sé, no soy ciego, pero también es un omega que ha asesinado a demasiadas personas inocentes, no te olvides de eso cuando lo tengas frente a ti, ¿entendido? —le exclamó a su soldado, quien firme y con porte erguido, dijo:

—¡Sí, señor Coronel Jeon!

Jeon, no dijo más y simplemente dio media vuelta y caminó hacia el portón más cercano, donde casualmente Jung Hoseok le esperaba con paciencia.

—Coronel Jeon, el Director Kim me ha pedido que le muestre el resto de las instalaciones a usted y a su equipo —dijo Jung.

—Está bien, en ese caso muéstreme el lugar, yo me encargaré de mostrarles a mis soldados después —aceptó Jeon y sin decir más, caminó junto a Park y Jung.

Los alfas se colocaron las mascarillas al llegar a la enfermería y entonces ingresaron de nuevo hacia los pabellones. Varios omegas aún estaban allí, pululando como ovejas en busca de miel, o mejor dicho, esperando que aparecieran los otros dos alfas que se habían ido con el director minutos antes.

—Me gusta el General —escuchó que decían por ahí.

—A mí me gusta el otro alfa, huele bien —decían también.

—Doscientos al que se acerque al General —oyeron los alfas.

—¿Estás loca? Ni por quinientos me acercaría, da miedo y eso que solo se le ven los ojos —oyó a un omega decirle a una chica —, además, Min ya lo reclamó — y entonces, por un instante Jeon se detuvo con su cuerpo completamente tenso.

—Entonces, quinientos a que Min se lo folla en una semana —contraatacó la omega, sin percatarse que el alfa a unos metros de ellos había sufrido de un escalofrío involuntario, para después continuar su camino sin ponerles atención, sin embargo, ellos continuaron hablando como si nada pasara.

—¿Eres idiota, Momo? Ese alfa huele a omega, de seguro está emparejado —le dijo el omega que hablaba con la chica que minutos antes había hablado.

—Con o sin omega, Min ya le puso el ojo, ¿no te diste cuenta cómo olía cuando hablaba con él? Sin decir nada nos dijo "no se le acerquen, es mío" —dijo Momo de nuevo, causando que el ceño de Jeon se frunciera aún más.

"Demonios, no es fácil ignorarlos con ese timbre de voz tan agudo" pensó Jeon.

Sin embargo, el alfa hizo de oídos sordos y junto al beta y su subordinado, caminó por el pabellón hasta el otro extremo del lugar, donde un gran portón enrejado los recibió.

—Este portón comunica a las áreas de descanso y a la lavandería —dijo Jung —, a la derecha la lavandería y a la izquierda el patio —el portón se abrió y entonces lo atravesaron —, al lado de la lavandería están las áreas de trabajo, jardinería, costura y frente al patio está la biblioteca, es un área común.

Jeon asintió y mirando alrededor, llegaron al patio.

—¿Dónde está el prisionero 0102? —preguntó.

—Debe estar en el comedor, en el salón común —explicó Jung, señalando su propio radio para que se comunicara con sus hombres.

El alfa lo comprendió y entonces lo tomó, miró hacia el frente y dijo: