69. Segundo celo, camino a la tragedia.

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     Base militar de Seúl.
     Habitaciones privadas.
     Cuarto piso, edificio central.


Las horas habían transcurrido y Min no tenía idea de nada. Era como si estuviera bajo la influencia de una droga abrumadora, la cual se volvía cada vez más y más adictiva. El aroma a jengibre y limón tenían su cuerpo vibrando, mientras que su entrada goteaba húmeda y dilatada.

No tenía idea de nada. Solo sabía que su alfa estaba desnudo al igual que él, solo sabía que sujetaba sus caderas para mantener su trasero elevado, solo sabía que su alfa lo penetraba duro, profundo, delicioso...

Gimió de nuevo cuando su alfa acabó una vez más y entonces, sintió el pecho de su alfa tocar su espalda sudorosa.

Jadeaban, ambos.

¿Cuánto tiempo llevaban así? Yoongi no lo sabía tampoco. Su alfa, desde que había entrado en él, se había negado a soltarlo. El nudo inamovible no disminuía. Estaba allí permanentemente.

Era como un ciclo de nunca acabar. El alfa cargaba y de nuevo lo tomaba, es decir, acababa en su interior con su nudo sin deshacer y cuando volvía a tener esperma que descargar, lo hacía de nuevo.

Ese proceso ya había pasado más de diez veces. ¿O quizá más? Min había perdido la cuenta.

Sintió el aliento caliente de su alfa en su cuello y entonces supo que lo volvería a hacer. No habían pasado ni cinco minutos y su alfa ya estaba en pie nuevamente.

—Alfa —susurró Yoongi, tratando de encontrarse con la mirada dorada de su excitado alfa, quien en respuesta solo gruñó, para luego erguirse tras él —, estoy cansado, Alfa.

—Una vez más —susurró Jeon con una voz gutural.

—Alfa —lloriqueó Yoongi, al sentir que su alfa sujetaba sus caderas para así comenzar a moverse desde atrás.

Estaba exhausto, no obstante, en cuanto Jeon comenzó a moverse, las caderas de Min también lo hicieron.

El golpeteo húmedo, los jadeos ahogados y roncos, el rechinar de la cama, los empujes duros, los testículos llenos del alfa golpeando los de Yoongi.

Todo se percibía más, o eso pensaba Yoongi, mientras sujetaba su propio vientre hinchado y lleno de semilla de su alfa.

Bien decían que un alfa en celo era como una dosis pura y cruda de éxtasis para un omega, y Min podría dar fe de eso.

Cuando los empujes se volvieron duros y profundos, y el olor de Jeon se convirtió en placer puro para Yoongi, él supo que estaba acabado, no solamente por el nudo atorado en su interior, si no, por su fuerte olor, el cual descaradamente rogaba a su alfa que lo llenara y preñara.

"¿En qué mierdas estoy pensando?" se dijo Yoongi cuando se escuchó a sí mismo rogar por ello.

Era su lobo y su lado humano en desacuerdo. Su lobo decía a su alfa que lo llenara hasta preñarlo, pero su parte humana, apenas consciente, solo podía pensar en una cosa.

"Estas bajo la influencia de sus feromonas"

Y Min lo sabía, pero su lobo no...

—Preñame —volvió a suplicar.

Y Jeon con una sonrisa de medio lado, rió burlón. Sus ojos dorados eran como oro fundido, sus manos duras sujetaban su cintura. Sabía que su omega tendría marcas después y eso le encantaba.

—Alfa —volvió a llamarlo Yoongi.

—Espera —gruñó Jeon, mientras mordisqueaba la espalda de su omega, al mismo tiempo en que se empujaba con los últimos vestigios de su clímax.

Prisión de Omegas (Kookgi) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora