15. Una unión por destino

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      Prisión de omegas.
      Hora: 6:45 p.m
      Salón de descanso de los guardias.


Jeon frunció el ceño al ver el mensaje que minutos antes le había enviado Park Chanyeol.

"Lo sabe" Era lo único que decía, pero nada más, Sin embargo, Jeon lo entendía, era claro que hablaba de Yoongi. Aunque por supuesto, no sabía a ciencia cierta a que se refería.

"¿Saber qué?" preguntó Jeon.

Park resopló mientras veía el mensaje y en sus adentros, pensó:

"Coronel, ¿me está tomando el pelo?"

Negó con su cabeza y escribiendo rápidamente, puso:

"El preso Min Yoongi sabe lo de las impregnaciones entre ambos y sobre la posibilidad de que sean parejas destinadas, Coronel, prepárese, porque no se la va a poner fácil"

Chanyeol miró al omega a unos veinte metros de él y al ver su sonrisa malvada mientras aun hablaba con los otros presos, se dijo a sí mismo:

—No quisiera ser el Coronel ahora mismo.

Y es que cada alfa lo sabía. Sin embargo, habían hecho un trato tácito al respecto. Yoongi era hermoso, eso no había ni que dudarlo, pero con su belleza venían otros detalles adicionales. Era egocéntrico, de alguna forma arrogante y desagradable, malicioso, poco paciente y absolutamente dominante. Y esas solo eran algunas pocas de la larga lista. En pocas palabras, Yoongi era problemas graves para cualquier alfa. Sin mencionar que estaba preso con una condena de treinta y cinco años, y que además, era el líder de la prisión y sucesor de una de las organizaciones delictivas más grande de Corea.

Lo curioso, era que con Jeon era un manso cordero. Trataba de que el alfa le quisiera, no había duda. Pero cuando éste se daba media vuelta el demonio Min aparecía de nuevo. Y omegas como MJ que lo habían puesto a prueba, habían pagado el precio por su osadía. Incluso el confinamiento no había sido impedimento para Yoongi. Él tenía uno que otro guardia de su lado para este tipo de situaciones.

Justo al día siguiente de descubrir que MJ había intentado insinuarse a Jeon, Min se había encargado de él de forma sutil. No podía matarlo, no, aquello sería demasiado obvio y Jeon lo sabría. Además, pondría en sospecha al oficial que le había ayudado. Sin embargo, se había asegurado de enviar el mensaje.

"No te acerques a mi alfa"

Jeon siquiera se había enterado. Quizá porque tenía demasiado en que pensar, su esposo, su nuevo olor mezclado con el suyo, la incertidumbre de no saber que hacer con ello, la llegada de Jimin de su viaje de trabajo, su visita al médico...

La carga era demasiada, como para añadirle un detalle como ese.

Resignado, Jeon suspiró. Se puso en pie, tomó la mascarilla de la mesa del salón y entonces caminó hacia el interior de la prisión. A dos portones de los pabellones, Jeon se colocó la mascarilla.

Al atravesar el portón eléctrico miró a su alrededor, no había preguntado dónde estaban y al parecer no habría necesidad, pues Yoongi y compañía justo iban saliendo del salón común. Reían, hablaban e incluso se molestaban unos a otros. No obstante, al verlo todos callaron. La sonrisa divertida de Yoongi se difuminó lentamente al verlo de pie frente a él.

—Ve —le susurró Jennie a su amigo, dándole un empujón.

Yoongi dio unos pasos a tientas y luego llegó al lado del alfa, quien aun en silencio, no decía nada. Él, simplemente lo miraba.

Prisión de Omegas (Kookgi) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora