Prisión de Omegas (Kookgi) +18

62. Cambio de planes.

      En algún lugar de Corea.
      5:55 p.m

Habían irrumpido a tres de sus mansiones. Siwon frunció el ceño al escuchar la noticia. La policía y el ejército habían entrado a las casas y habían arrestado a todos los hombres y mujeres que habían en su interior.

Habían confiscado cada una de las casas.

—Por suerte solo fueron tres, señor —dijo Baekhyun con voz seria y nada amable. Es más, parecía desinteresado.

Siwon lo miró de reojo.

—¿Ah sí? ¿Crees que fue suerte? —cuestionó el alfa, mientras se enderezaba de su silla para colocarse frente al omega, quien ahora dando un paso en retroceso, miró hacia el suelo sintiéndose impotente —. Alguien le dio esa información y no quiero pensarlo, pero temo que mi hermanito está bajo la influencia de ese tipo otra vez —el alfa gruñó y apretando sus puños, maldijo por lo bajo.

¿Qué si lo creía? No, él estaba completamente seguro. ¿Tres casas al mismo tiempo? Eso era demasiada coincidencia, sin mencionar que era algo casi imposible, si ponía en consideración que todas las casas de Siwon, no eran precisamente de Siwon, si no, de sus empleados y miembros de la organización.

Era una sencilla y muy efectiva estrategia para que no supieran dar con él si el alfa intentaba ocultarse. Lo cual era justo lo que estaba pasando.

La organización tenía al menos ochenta mansiones distribuidas por todo Corea. No obstante, no estaban a nombre de Siwon, mucho menos de Yoongi. Cada mansión, todas de diferentes dueños estaban a nombre de miembros importantes de la organización, quienes a su vez, la habían puesto a nombre de alguien de su completa confianza. Así, ni Yoongi, ni tampoco su hermano mayor serían descubiertos si en algún momento tuvieran que huir.

Una vez más, Siwon frunció el ceño. Yoongi conocía el paradero de cada casa. Si sus sospechas eran correctas, ninguna de ellas era segura ahora.

Miró a su alrededor y con voz profunda, le dijo a Baekhyun:

—Da la orden de que empaquen mis cosas y las de Jimin, nos vamos ahora mismo de aquí.

      Busan, Cuartel provisional.
      6:10 p.m

—¿Entonces? —preguntó Jung Kook a varios de sus hombres.

—Ninguno dice nada, todos han permanecido en silencio desde que fueron arrestados —dijo un oficial.

Jeon resopló y mirando a Yoongi al fondo de la sala, dijo:

—Pero pertenecen a la organización, no los dejen ir.

—Sí, señor —enseguida, los hombres que habían estado hablando con Jeon, dieron media vuelta y se marcharon, al mismo tiempo en que Jeon caminaba hacia donde su omega acomodado en el sofá.

—No estaban ahí, ¿verdad? —comentó Yoongi, con una taza de café en una mano y en la otra el celular de Jeon. Parecía indiferente, no obstante, algo en su evidente y evasiva mirada, alertaba a Jeon.

—No —afirmó éste, tomando asiento a su lado con un suspiro cansado.

No había podido dormir casi nada, pues la redada a las tres casas había sido en la noche. Una vez más, miró a su omega, quien aun sin mirarlo, continuaba atento en lo que parecía ser un juego en su móvil.