39. Una confesión repentina.

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     Prisión de omegas.
     Celda de Yoongi.
     5:53 a.m


Abrió sus ojos lentamente y con pereza. La lámpara de estrellas estaba allí, encendida aún pese a que el sol recién había salido. Aquello le causó una extraña sensación a Yoongi. Es decir, Jung Kook siempre apagaba la lámpara en cuanto el sol salía. ¿Por qué no lo había hecho aún?

Miró a su alrededor, buscándolo, pero no lo veía en el interior de la celda, mucho menos en la entrada de su celda, como de vez en cuando sucedía al despertar en la mañana.

De pronto, sintió más desasosiego al pensar en toda la noche que había transcurrido. No lo había visto, no le había despertado, ¿por qué? Jeon siempre lo hacía, siempre, sin falta.

Entonces, vio a Nam Joon aparecer al otro lado de las rejillas de su puerta.

—Arriba, Min, ya es hora de levantarse —dijo.

Yoongi parpadeó ahora aún más curioso.

—¿Dónde está mi alfa? —preguntó, irguiéndose un poco sobre su cama.

Fue en ese momento, en el que el alfa le miró, que Min lo supo.

—Anoche no vino, llamó y dijo que no podría venir —explicó Kim Nam Joon, mirando a Min con algo de seriedad —, también me dijo que te dijera a ti que no te preocupes, que esta noche sí vendrá.

Min no dijo una palabra, simplemente se puso en pie y en silencio caminó por su celda, mientras buscaba entre sus cajones, lo que usaría de ropa ese día. Con sus cosas para el aseo a mano y su ropa ya lista, caminó hacia los baños.

Sentía la mirada de la gente sobre él.

—Dicen que el Coronel no vino anoche —oyó que murmuraban algunos presos mientras pasaba de lado.

—Sabes lo que dicen de los omegas que son marcados ¿no? —oyó de más presos justo cuando entraba a los baños.

Min resopló, intentando ignorar lo que decían. No estaba de humor.

—¿Qué son abandonados poco después por su alfa? —entonces escuchó aquellas palabras a sus espaldas, dejándolo helado por unos instantes.

—Pero eso sería demasiado rápido, ¿no creen? —oyó el murmullo ahora más bajo.

—No lo sé —dijeron de nuevo —, lo único que sé en estos momentos es que no desearía ser Min.

—Solo imaginen si en serio el Coronel...

De pronto los murmullos pararon...

—Sigan, adelante, no se detengan por mi —se escuchó la voz de Taehyung justo al pie de la puerta, junto a Jennie y Chaeyeong, quienes un poco más atrás lo acompañaban —, sin embargo, si Yoongi no los parte la cara de un puñetazo, lo haré yo, si continúan hablando de cosas que no saben nada.

Las murmullos y cuchicheos cesaron tan pronto como Taehyung entró. Por fin.

—¿Por qué no les callas las bocas a todos estos? —le riñó Taehyung a su amigo, quien parecía tan despreocupado como siempre. No obstante, sus amigos lo sabían, Yoongi era el mejor ocultando sus emociones y sentimientos.

Min le miró y sin expresión alguna, dijo:

—Solo matan el aburrimiento que este lugar produce, imagina si me pusiera a prohibirles chismear sobre lo que pasa en la prisión, morirían de aburrimiento, Tae.

Prisión de Omegas (Kookgi) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora