8. Treinta y cinco años

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      Prisión de omegas.
      Dos semanas después del ingreso de los tres últimos alfas.


Las cosas estaban mal y el que dijera lo contrario quería tapar el sol con un dedo. Yoongi había cambiado, según Jeon, pero para todos en la prisión Yoongi había vuelto a ser Yoongi. Había dejado de ir a la enfermería, había vuelto a levantarse tarde, pero además, había dejado de hablar con Jung Kook.

Siquiera le miraba por más de un minuto. Los días que más feliz parecía estar era cuando Hwasa aparecía. La alfa le seguía de cerca y Yoongi constantemente se volteaba para asegurarse de que ella le seguía.

No obstante, y aunque todos dijeran lo contrario, Jeon podía verlo, algo malo pasaba con Yoongi.

Frotó su frente mientras suspiraba y cansado, miró hacia donde Yoongi y compañía estaban. El invierno estaba próximo, así que el patio se había vuelto más frío. Por eso, Yoongi había cambiado el patio por el salón común para tomar sus largas siestas. El sofá grande era ocupado por él ahora y el resto lo rodeaba.

Reían y algunas veces gritaban, sin embargo, Yoongi parecía no despertar nunca, solo cuando le tocaban él abría sus ojos.

—Coronel, es tiempo de su descanso, ya pronto vendrán los de la noche —dijo Choi, ahora ocupando el turno de día junto con Park y Jeon.

Jung Kook suspiró y mirando un segundo hacia donde Yoongi se encontraba, finalmente caminó hacia la salida del salón. Entonces, cuando él se marchó, Yoongi abrió sus ojos.

—Hey —le dijo Taehyung al verlo ya enderezándose.

—Iré al baño —murmuró Yoongi, mirando a Taehyung con disimulo.

El omega asintió y haciéndose el desentendido, continuó hablando.

Yoongi caminó en silencio hacia la salida y luego hacia los baños. De camino, varios le saludaban y otros con temor lo esquivaban. Siguió su camino, sabiendo que dos alfas le seguían el paso.

De pronto, los ojos de Yoongi se encontraron con los ojos de tres omegas que estaban fuera de sus celdas, Yoongi les sonrió y éstos le vieron pasar en silencio. Entonces, justo cuando los alfas pasaron junto a ellos, éstos se interpusieron en su camino.

—Oye, alfa, ¿podrías ayudarme?

—Tenemos un problema con algo, eres fuerte, ¿verdad?

—Ven, ven.

Los omegas tomaron a los dos alfas desprevenidos, quienes distraídos unos segundos por los omegas que no paraban de tocarlos, perdieron de vista a Yoongi. Entonces, cuando levantaron sus miradas y lo buscaron, éste ya no estaba por ningún lado.

—Maldición, Teniente, el prisionero, ¿lo vio? —preguntó Choi.

—¿Qué? ¡Mierda! —exclamó éste con enojo, mientras con brusquedad se soltaba de ellos —, apártate.

Corrieron hacia el baño, buscando a Yoongi en todos los cubículos, no obstante, no estaba en el baño.

—¡Prisionero Min Yoongi! —gritó Park, quien había aprendido a la mala que llamarlo por su número de expediente no era buena idea, a menos que quisieras que te patearan las bolas. Sin embargo, no importaba como lo llamara, éste no respondía.

—Me comunicaré por la radio —dijo Choi y en seguida éste supo lo que se vendría. Su Coronel se los iba a cenar esa noche y cuando lo vieron acercarse a ellos no tuvieron dudas.

Prisión de Omegas (Kookgi) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora