3.Alfas en la Prisión de Omegas

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      Prisión de omegas, 7a.m


La primera impresión de los militares al ver la enorme edificación fue justo eso. Enorme. ¿Cómo podían haber tantos omegas presos? Incluso Jeon estaba sorprendido.

—¿Cuántos reclusos creen que sean? —Preguntó Kim Jong In con preocupación.

—¿Qué, te estás echando para atrás? —se rió Nam Joon.

—Claro que no —se defendió en seguida el otro alfa —, solo estoy pensando en el intenso aroma de todos esos presos ahí encerrados.

En seguida, como una epifanía, los demás alfas, excepto Jeon, sintieron la misma preocupación.

—No se mortifiquen, usaremos mascarillas cuando estemos en los pabellones, que es donde supongo se concentra más sus olores —dijo Jeon, caminando hacia la entrada con paso firme. Los demás le siguieron y con una sonrisa, murmuró Park:

—No quiero ni pensar en lo que sería entrar ahí sin mascarilla, tendría una erección todo el día, eso sería peligroso.

—Vaya, Park, no sabía que te excitaban los delincuentes —se burló Jong In.

—Claro que no, se llama instinto primitiva sexual, estoy en abstinencia, no me culpes, mi prometida está embarazada y por si fuera poco, estoy bajo mucha presión por lo del matrimonio —declaró Park, sintiéndose frustrado —, se me levanta con solo estornudar.

Los demás rieron sin poderlo evitar y entonces, finalmente entraron. Lo primero que los recibió, además de varios oficiales, fue un enorme portón eléctrico color gris. Cuando este se abrió, un gigantesco pasillo apareció frente a ellos. Más oficiales con uniformes azules custodiaban cada entrada y cada salida. Parecía una prisión de máxima seguridad, lo cual dejaba a los militares más alerta que nunca.

—Si el lugar está así de custodiado, los criminales deben ser todas unas eminencias delictivas —comentó Park Chanyeol, mirando a los oficiales armados y en posición de firme.

Todo estaba muy silencioso, pese a que eran las siete de la mañana en una prisión donde se suponía todos debían estar ya levantados a esa hora.

"Paredes a prueba de sonido" pensó Jeon mirando el largo pasillo frente a él.

De pronto, el sonido de otro portón eléctrico se hizo presente y entonces aparecieron varios hombres frente a ellos. Todos betas, exceptuando uno, que olía a manzanas rojas.

—Buenos días, bienvenidos —dijo el omega vestido de traje azul oscuro —. Mi nombre es Kim Seok Jin, soy el director de la prisión de omegas.

Claro, ahora tenía sentido para Jeon, el director era un omega, ¿también estaría bajo la influencia del prisionero como todos los demás presos? Apartó ese pensamiento de su cabeza y sin esperar más, se presentó:

—Coronel Jeon Jung Kook, mi equipo está listo para empezar, señor —con su voz estoica y su mirada fija al frente, realizó el típico saludo militar con su mano sobre su cabeza y tras él sus otros soldados hicieron lo mismo.

—Bueno, antes que vayan más profundo de aquí, me gustaría hablar con ustedes, darles información que no está escrita —explicó Seok Jin, con una expresión que podría interpretarse como agobiada.

Los alfas no dijeron más y simplemente caminaron hacia una sala de descanso que al parecer era de uso común para los oficiales. Vacía como estaba, los cinco alfas y el único omega, tomaron asiento en los sofás que ahí habían y entonces el omega comenzó:

Prisión de Omegas (Kookgi) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora