Apartamento de Jung Kook.
Para cuando Jung Kook salió de la prisión, la doctora y la enfermera ya se habían incorporado a trabajar. Sin embargo, Yoongi seguía dormido. Había sido una buena noche pese a todo.
Al llegar a casa, eran las casi nueve de la mañana, comió algo, se dio un baño y se fue a la cama. A las tres de la tarde, de nuevo estaba en pie, hizo unos cuantos ejercicios de rutina y se preparó algo de comer.
Estaba por darse un baño, cuando en medio de su afeitada un olor familiarmente dulce inundó su olfato. Olía a Yoongi, pero, ¿cómo? Olisqueó el aire y miró a su alrededor. Su ropa de la noche estaba en el cesto de ropa.
Cerró sus ojos con enojo. Enojo por estar acostumbrado a una rutina y que esta, lo obligara a dejar su ropa allí para que Jimin después la lavara. Se sentía un idiota por no haber preevisto que su ropa olería a Yoongi.
Claro que su ropa tendría olor a Yoongi, había pasado la noche entera en una habitación con él en medio de su celo, pero además, había compartido la cama con él por media hora, por supuesto que olería a Yoongi, por eso mismo se había dado un baño al llegar a casa. Inclusive se había percatado del fuerte olor a omega en celo que llevaba encima al salir de la prisión.
Con solo su pantalón de pijama, Jeon caminó con el cesto de ropa sucia hacia su cuarto de lavado. Abrió la lavadora, puso la ropa en su interior, la programó y se marchó para el baño nuevamente. Abrió la ventana del baño para que entrara aire y así disipara el olor de Yoongi por todo el baño. ¿Cómo no lo había notado antes? Se preguntó.
Treinta minutos más tarde, el alfa estaba listo. Su uniforme azul de siempre, sus botas militares, su abrigo y entonces, al verse, recordó la ropa en la lavadora.
—La sacaré cuando regrese mañana —se dijo al oír que la secadora todavía estaba en medio del secado y salió con destino a las oficinas de Jimin.
El horario de salida de Jimin era a las cinco todos los días. Esperó a su esposo en la entrada y cuando lo vio salir, bajó del auto.
—Jimin —dijo Jeon, al lado de la puerta.
Jimin iba al lado de una chica, beta al parecer. Ambos miraron a Jung Kook.
—¿Es tu esposo? Vaya, Jimin, eres un suertudo —dijo la chica sonriente, mirando a Jeon de pies a cabeza.
—Hasta mañana —le dijo a su compañera y caminó hacia Jung Kook con una sonrisa coqueta en sus labios —, estoy comenzando a ver las ventajas de que trabajes de noche.
El alfa arqueó su ceja con una sonrisa plantada en sus labios y dijo:
—Yo no.
La sonrisa de Jimin se amplió y finalmente a solo dos pasos de él, se abalanzó a sus brazos. Jeon lo atrapó rápidamente y con una sonrisa, le dijo:
—¿Cómo estuvo tu día?
—Estoy cansado —confesó Jimin, besando el cuello de su alfa, quien suspirando suavemente, le dijo:
—Ven, entremos al auto y dejemos de dar un espectáculo en la calle.
Entonces, justo en ese instante, se separó de Jimin, quien mirándolo con fijeza se quedó estático unos instantes.
—¿Qué pasa? —preguntó Jeon, al ver que su esposo aun no subía al auto.
Jimin despertó de su ensoñación y sonriendo como si nada, respondió:
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Prisión de Omegas (Kookgi) +18
Hayran KurguEl infierno para algunos, el paraíso para otros. La prisión de omegas era lo que podría denominarse el reino de Min Yoongi, un omega preso como todos los demás, pero al mismo tiempo, completamente diferente a ellos. Min poseía un gen dominante y po...