70. Destinos.

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     Mansión de Siwon.
     Justo en medio de la redada militar.


El apagón en toda la mansión fue el aviso inminente de que estaban dentro. La policía militar y refuerzos habían entrado. Siwon miró entre la oscuridad, un pasillo negro, oscuro, invisible. No obstante las pisadas, gritos y disparos, eran un conjunto de acciones que tenían su corazón al cien por ciento.

Se recostó en la pared más cercana y con el corazón desbocado como estaba se arrastró por ella entre la oscuridad.

Con arma en mano y escuchando pisadas acercándose a él, supo que estaba en serios problemas. Pues algo le decía que quienes se acercaban no eran sus hombres, y lo confirmó con impresionante abatimiento. Eran oficiales, quienes apuntándole con armas para visión nocturna, le ordenaban con gritos que bajara el arma que llevaba en sus manos.

Siwon sonrió, no iría a prisión, antes muerto. Miró a cada oficial encapuchado y con la misma sonrisa descarada dio un paso hacia ellos. Todos por instinto natural, dieron un paso hacia atrás.

—¡Park Siwon, alto ahí! ¡Ni un paso más! —le advirtieron, mientras otro oficial justo detrás de éste llamaba a Jeon a través del radio.

—Coronel, encontramos a Siwon —notificaron.

Jeon, en algún otro pasillo, pero convenientemente justo a varios metros de ellos, se detuvo en seco y con prisa, ordenó:

—Ubicación inmediata.

—Coronel —dijeron entonces justo al lado de Jeon —, Park Jimin acaba de ser encontrado en una de las habitaciones de arriba.

De pronto, Jeon se encontró en una encrucijada. Estaba a unos cuantos pasillos de llegar a Park Siwon, mientras que Jimin estaba a dos pisos de distancia de él. ¿Qué hacer? Si buscaba a Jimin, Siwon podría aprovecharse de sus hombres, lo sabía, podría tomar su posición de alfa sin chistar, era una cuestión de linajes y castas; y Jung Kook lo sabía, Siwon era un linaje pesado. ¿Sus hombres podrían con él? Lo meditó seriamente.

De pronto, justo en medio de sus cavilaciones, escuchó gritos a lo lejos. Era de esperarse, Jeon lo supo enseguida, sus hombres no podrían controlar a Siwon ni aunque quisieran.

Corrió, no le quedó más remedio. Al llegar a donde sus oficiales y Siwon se encontraban, se encontró con la imagen de uno de sus oficiales siendo retenido por Siwon, quien con arma en mano, apuntando en la cabeza del oficial y una sonrisa triunfal, decía:

—Coronel Jeon Jung Kook —era una arrogancia nata lo que se oía en él —, me gustaría decir que es un placer conocerlo, pero no es así.

Jeon endureció sus facciones y con cautela, susurró al hombre a su lado:

—Traigan a Jimin inmediatamente.

El oficial a su lado, rápidamente desapareció por el pasillo en medio del gentío, mientras Jeon y Siwon cruzaban miradas desafiantes y silenciosas. Era una guerra entre sus alfas, el primero que apartara sus ojos, perdería su poder de dominio ante el otro.

Ninguno, ni Siwon y Jeon, aceptarían algo como eso. Alfas tercos y obstinados, dirían algunos. Sin embargo, en una situación como esa, aquello era de vital importancia.

—Suelta a mi oficial, Siwon —ordenó Jeon.

Siwon rió a carcajadas, mientras apretaba con más fuerza el cuello del oficial que se encontraba reprimido y con el arma contra su cabeza.

—¿Crees que puedes dominarme? —cuestionó Siwon.

El silencio que abordó el lugar después de sus palabras rápidamente fue sustituida por una astuta respuesta por parte de Jeon.

Prisión de Omegas (Kookgi) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora