65. Aprendiendo a amar de nuevo

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En alguna parte de Corea.

Un par de semanas habían transcurrido desde que a Min y compañíales habían dado la libertad condicional. Y como era de esperarse, la noticia había llegado a Siwon como una bofetada a la cara.

Había estado de mal humor por días. Pues ahora sentía que su hermano estaba tan lejos de su alcance como jamás lo habría deseado.

La situación en la mansión de Siwon parecía inquietante,especialmente para Jimin, quien no sabía como manejar el estado anímico del alfa. A veces era bueno, otras veces era insoportable e incluso peligroso.

—No salgas de tu habitación hoy, Siwon está de un pécimo humor y lo que menos querrás es que la tome contigo —le advertía Baekhyun, quien era un omega poco amigable, no obstante, honesto y de palabras claras. Algo que a Jimin le agradaba.

La bipolaridad de Siwon era peor que una montaña rusa, con tantos sube y bajas emocionales que daban miedo.

Y es que Siwon se sentía traicionado por su hermano menor, y aquello, le había dolido más de lo que había imaginado.

El misterio de su paradero era solo un hervidero de rumores, asi como la veracidad del lugar en el cual habían enviado a sus amigos.¿Otra prisión, una base militar secreta? Habían demasiados rumores, pero ninguno confirmado. Y aquello, solo acrecentaba el mal humor de Siwon, el cual solo podía disminuir con ayuda de Baekhyun.

El omega era como el contrafuego que evitaba que su jefe matara a todos, o al menos eso decían en la mansión. No obstante, ¿bajo que precio?

Nadie lo sabía, o quizá sí, sin embargo se hacían los desentendidos. Y es que, para nadie era un secreto que su líder era un alfa sádico, que disfrutaba de infringir dolor a aquellos omegas que solían tener ese aire de superioridad similar al de su hermano menor.

¿Sería esa la razón por la cual el alfa tenía aquel hábito retorcido y morboso?

Baekhyun estaba completamente seguro de que así era. La obseción del hermano mayor hacía Min era tan enfermiza como era de esperarse y Baekhyun lo sabía de primera mano.





      Seúl, Gangnam Gu.
      Penthouse de Jeon.
      Dos meses después.



Las mañanas empezaban a eso de las cinco, mucho antes de que el sol hiciera su aparición en el Este. Y como era habitual desde hacía cuatro semanas, cuando Jeon se levantaba de la cama, los omegas también lo hacían.

Había sido todo culpa de Yoongi, o eso decía Moonbyul en secreto. ¿A quién en su sano juicio se le ocurriría decirle a un militar experto que los ayudara a preparar una rutina de ejercicios diarios? Solo a Yoongi.

El alfa había hecho una premonitoria advertencia.

"¿Creen poder llevar mi ritmo? Soy un profesional y les prometo que será duro"

Yoongi había accedido, al igual que todos los demás, incluyendo a Taehyung, quien a regañadientes, había aceptado larigurosa metodología de entrenamiento del alfa.

Y es que, Jeon se había preparado, había investigado e incluso, adecuó sus ejercicios básicos de entrenamiento militar para los omegas.

Cuatro semanas atrás, cuando los entrenamientos habían iniciado, todos sentían que estaban a punto de morir con cada ejercicio nuevo, Yoongi incluido. Sin embargo, un mes después, los omegas se habían vuelto más resistentes y la prueba estaba en Min a la hora del sexo con un Jung Kook desinhibido, quien parecía facinado con la nueva resistencia de su omega. Sin mencionar, por supuesto, lo firme de su cuerpo delgado.

Prisión de Omegas (Kookgi) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora