51: Por los tres.

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      Prisión de omegas.
      Salón común, comedor.
      7 a.m


Había llegado la mañana y con ella, el último día de Jung Kook en la prisión. Todos desayunaban entre murmullos, platos, sartenes y ruidos típicos de una cocina.

Los presos, sentados desayunando, solo miraban de reojo y entre disimulos a la mesa del fondo, en la cual Min y compañía desayunaban.

—Me jode que seas así con él ¿sabes? —dijo Taehyung, mirando a Yoongi con enojo —, él se aprovecha de ti y tú lo dejas.

—Kim —le advirtió Jennie, mirando a su amigo con seriedad —, no es momento, ¿sabes?

—No, de hecho es el momento perfecto —gruñó Taehyung, mirándola, para luego mirar de nuevo a Yoongi, quien en silencio comía tranquilamente, una tranquilidad que solo daba aviso a una tormenta si no se tenía cuidado —. Si el imbécil ese se va a largar que te lo aclare de una vez por todas.

—Ya lo hizo —dijo Yoongi, mientras le daba una mordida a su manzana —, ayer, mientras tú cogías con quien sabe quien —agregó, mirándolo de reojo.

De pronto, el rostro de Taehyung era color blanco, como el de un fantasma.

—Te dije que te callaras —le susurró Jennie a su lado, mientras suspirando miraba a Yoongi ponerse en pie para así dejar el salón bajo la atenta mirada de todos allí.

—¿Y yo cómo iba a saber que el idiota se iría de verdad? —replicó Taehyung a su amiga, quien resoplando, le advirtió de nuevo:

—Mide tu lengua, Kim, mira que Gigi no está de humor últimamente, aunque diga que está bien, obviamente no lo está —dijo Jennie, quien levantando sus ojos, miró a Chaeyoung —, dile a la gente que se ande con cuidado alrededor de Gigi, no quiero tener que recoger cabezas después.

Chaeyoung asintió con su cabeza y con esas palabras, Jennie también se puso en pie y abandonó la sala. Y es que, aunque Min había dicho mil y un millón de veces que no pasaba nada, que él estaba bien, la realidad era otra.

No había podido dormir y justo en ese instante, el sueño le podía más que nada en el mundo. Incluso, más que la sensación de abandono que parecía consumirlo con cada segundo que transcurría. Pero por sobre todas las cosas, no podía sacar de su cabeza aquellas lágrimas que había visto en el rostro de Jung Kook el día anterior.

"¿Qué tan destruido tenía que sentirse su alfa destinado para llorar de aquella manera frente a él?" Min se lo preguntó.

"¿Qué tan mal tenían que estar las cosas en casa para que Jeon se rompiera de aquella manera frente a él?"

"¿Qué estaba pasando con Jimin y Jung Kook para que decidiera dejarlo de una vez por todas?"

Aquellas preguntas resonaban en su mente sin parar, causándole insomnio pero también una fuerte resolución:

"Si quiere dejarme, está bien, no lo odiaré por ello, es decir, ¿cómo podría odiarlo si lo amo tanto?"

"Solo quiero que sea feliz"

"Aunque duela como si me estuvieran arrancando el corazón del pecho"





     Apartamento de Jeon.
     Hora: 10 a.m.

Prisión de Omegas (Kookgi) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora