23. Cayendo

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      Prisión de omegas.
      Pabellón dos, celda de Min.
      Hora: 12 a.m


Jeon se quedó en silencio mirando a través del portón el interior de la celda, donde aparentemente Min dormía.

Suspiró. Era la primera noche que llegaba y no lo encontraba despierto. Él siempre le esperaba despierto, sin falta. Pero al parecer esa noche sería una excepción.

—¿Se pelearon? —dijo Hwasa, quien justo esa noche, tomaría el lugar de Nam Joon, pues éste tenía libre —, si pelearon pídele perdón y ya.

Entonces, Jeon la miró.

—¿Qué te hace pensar que fue mi culpa? —cuestionó el alfa.

—Jung Kook —dijo ella solemne —, pensé que conocías la regla de oro en una relación —el alfa estaba serio y absolutamente confundido —, es tu culpa, aunque no lo sea, así que te disculpas, aunque no tengas por qué.

Jeon sonrió, pues aunque su amiga decía estupideces, de alguna manera se le hacía lógico, especialmente al recordar las palabras de Jennie justo esa misma tarde.

"Creo que fue un poco duro con su omega"

"Él solo está muy enamorado de usted"

¿Había sido en realidad muy duro?

—Peleó con un omega de nuevo y lo mandó a la enfermería —explicó el alfa —, cuando el director me lo contó me asusté mucho ¿sabes? cada vez que escucho que se pelea temo que lo lastimen, por eso me enojé —calló un segundo —, pero aunque se lo he dicho de mil maneras no me escucha, dice que no lo hará de nuevo, pero luego lo vuelve a hacer.

—¿Entonces? —preguntó Hwasa.

—Entonces, le dije que la próxima vez, tomaría a uno de sus amigos y me lo comería de un beso, así, para que entonces, tenga motivos de golpear a alguien, pero los dos sabemos que él no lastimaría a sus amigos, los quiere demasiado como para hacer algo así, entonces, solo quedaría yo y pues si quiere golpearlo, no lo detendré, al menos sé que no saldrá lastimado si pelea conmigo —respondió el alfa, causando que su amiga se volteara a mirarlo con sus ojos de par en par.

—¿Te estás escuchando? —cuestionó ella —, para empezar, ¿qué te hizo decir semejante estupidez?

—Fue solo una reacción al momento —respondió el alfa y de pronto, de nuevo se sintió molesto —, estaba furioso, ¿sabes? porque lo busqué por todos lados y entonces cuando lo encontré estaba en el patio, riendo y hablando con sus amigos, mientras un chico lidiaba con su nariz rota y su cara golpeada —agregó —, así que fue lo primero que se me ocurrió.

—Vaya, Jung Kook, tú no eres un hombre que improvisa ¿quién eres? —cuestionó ella, ahora mirándolo curiosa —, ¿se lo debemos a tu omega?

—Cállate —riñó el alfa y la Teniente rió suavemente, pues eran más de las doce de la mañana y todos dormían en la prisión, o eso creían. Sin embargo, en la celda Min permanecía inmóvil, aun fingiendo que dormía, logrando así escuchar cada palabra dicha por los alfas.

—Bueno, como sea, pídele disculpas y dile que lo amas para que no se vea tan triste, me da pesar verlo así —dijo ella, sacando a Min de sus pensamientos justo en ese momento, pero además de eso, poniendo a Jeon en un extraño estado de molestia que solo podía reflejar celos y sus siguientes palabras lo confirmaron:

—¿Qué dijiste? ¿Te da pesar verlo así? ¿Así cómo?

No habían sido las preguntas en sí las que habían encendido las alarmas de la alfa, más bien, había sido su tono y mirada para con ella. Sí, en definitiva, Jeon estaba celoso.

Prisión de Omegas (Kookgi) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora