Capítulo 41

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-¿Cómo que te vas a divorciar?- Preguntó su padre algo sorprendido por lo que le decía Lucero.

-Pues así como lo oyes, decidí divorciarme de Rodrigo.- Respondió nerviosa.

-Pero por qué, parecía que todo marchaba bien entre ustedes.- Comentó Leonardo.

-Lo que pasa es que…-

-¿Qué? ¿Te hizo algo?- La interrumpió de inmediato visiblemente alterado.

-No papi, no, no es eso.- Pensaba contarle la verdad pero al ver la reacción de su padre, lo pensó mejor.

-¿Entonces?- Preguntó serio.

-Me aburrí.- Respondió lo primero que le llegó a la mente.

-¿Cómo que te aburriste? Habla claro por favor y sin rodeos.- Le pidió su padre.

-Pues sólo me aburrí y ya, siento que disfruté muy poco mi juventud.- Mintió. -El día que salí con mis amigos a tomar, me di cuenta que quiero hacer otras cosas como salir a divertirme.-

-No sé por qué pero no te creo. Yo más que nadie te conozco, disfrutaste mucho tu juventud, salías todas las semanas con tus amigos, además te escuchas como si tu matrimonio te consumiera, ni siquiera han tenido hijos y tienen todo el tiempo libre para hacer lo que quieran sin tener otras obligaciones con las que cumplir.- Comentó Leonardo.

-Pero simplemente yo ya no quiero seguir casada.-

-¿Y tu amor por Rodrigo no es más grande que todo lo que estás sintiendo? ¿Él qué ha dicho de todo esto?- La cuestionó su padre.

-Le tengo un gran cariño pero no como antes.- Al decir eso, le dolió profundamente, porque sabia que también en eso estaba mintiendo. -Él igual está de acuerdo, ya vi a un abogado y en unos días comenzaremos con el proceso de la anulación de matrimonio.-

-¿Por qué no van a terapia de pareja o algo así? A lo mejor sólo están pasando por una mala racha y ya.- Le sugirió Leonardo.

-Ya papá, por favor, sólo entiende que me voy a separar de Rodrigo y no voy a cambiar de opinión.- Respondió algo estresada antes de ponerse de pie y tomar su bolso. -Me voy, despídeme de Rossy.-

-¡Hey! Tranquila hija, yo te apoyo en todo lo que tú decidas, simplemente me sorprende que de un momento a otro te quieras divorciar cuando antes te aferraste tanto a unir tu vida con Rodrigo. Pero al final es tu vida y tú sabes lo que es mejor para ti.- La detuvo jalándola de la mano para después abrazarla al verla alterada.

-Gracias, papi.- Lo abrazó también sin poder evitar derramar unas cuantas lágrimas.

-Por nada, te adoro, eres mi hija y siempre estaré contigo, no lo olvides.- Depositó un beso en su cabellera. -¿Sigues quedándote en tu casa?-

-No, desde hace un par de días estoy viviendo con Andrés, en la casa de Judi y Joaquín los padres de Anette.- Por fin había dicho una verdad.

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