Capítulo 57

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-Si no quieres no estás obligada a hacerlo.- Dijo Leonardo abrazándola después de que se pusiera la ropa azul especial para poder pasar a la habitación de Julián.

-Quiero escuchar lo que tiene que decirme.- Se separó Lucero secando sus lágrimas provocadas por los nervios.

-No se preocupe, él está esposado a la camilla y aquí afuera estaremos vigilando a través del cristal, no podrá hacerle nada.- Le informó el comandante Zuñiga que esperaba a que se decidiera entrar. -El caballero puede pasar con usted.- Dijo refiriéndose a su padre.

-Prefiero ir sola.- No quería que Leonardo se alterara o le pasara algo al tenerlo de frente.

-Tienes cinco minutos.- Le dijo Zuñiga a Julián cuando abrió la puerta.

-Lucero.- Pronunció Julián al verla entrar y cerrarse la puerta detrás de ella. -Estás preciosa.- Se atrevió a decir pesar de solo poder ver sus ojos y sus cejas, pues el gorro y el cubre bocas tapaban casi todo su rostro.

-¿Qué quieres?- Preguntó seria avanzando unos cuantos pasos para escucharlo mejor pero lo suficientemente alejada para que no pudiera siquiera rozarla.

-Pedirte perdón, yo no quería hacerlo.-  Se intentó estirar para tocarla pero se detuvo cuando Zuñiga tocó el cristal para llamar su atención y que se alejara.

-¿Entonces?- Se echó para atrás para alejarse más.

-Estaba… estoy muy enamorado de ti.- Comenzó. -Pero todo se volvió una obsesión y te quería para mi.-

-No lo entiendo, cuando intentamos ser novios no funcionó y terminamos bien.- Sintió sus ojos enrojecidos.

-Que haya aceptado que termináramos no significó que dejara de quererte.- Respondió sincero. -Creí que cuando te casaras con Rodrigo te iba a superar…-

-Pero no fue así.- Completó ella.

-No.- Agachó la mirada.

-Secuestrarme fue lo peor que pudiste hacerme, casi pierdo de nuevo a mi papá por eso.- Derramó unas cuantas lágrimas que trataba de sostener.

-Quería llevarte conmigo, estaba seguro de que lograría que me quisieras y cambiaras a tu esposo por mi.- Apretó sus puños recordando.

-A la fuerza las cosas nunca iban a funcionar Julián y menos de esa forma.- Lucero a pesar de estar frente a quien más temía, se sentía tranquila de escucharlo.

-Lo sé, ahora lo entiendo.- La miraba afligido. -Perdóname por favor, te prometo que no volveré a intentar hacerte algo.-

-No tienes idea de la manera en que me afectaba tenerte cerca o siquiera saberte vivo cuando te volví a ver aquel día en la plaza.- Recordó con escalofríos cuando estaba buscando los acetatos para su suegro y lo vio entre los estantes.

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