-Si no quieres no estás obligada a hacerlo.- Dijo Leonardo abrazándola después de que se pusiera la ropa azul especial para poder pasar a la habitación de Julián.
-Quiero escuchar lo que tiene que decirme.- Se separó Lucero secando sus lágrimas provocadas por los nervios.
-No se preocupe, él está esposado a la camilla y aquí afuera estaremos vigilando a través del cristal, no podrá hacerle nada.- Le informó el comandante Zuñiga que esperaba a que se decidiera entrar. -El caballero puede pasar con usted.- Dijo refiriéndose a su padre.
-Prefiero ir sola.- No quería que Leonardo se alterara o le pasara algo al tenerlo de frente.
-Tienes cinco minutos.- Le dijo Zuñiga a Julián cuando abrió la puerta.
-Lucero.- Pronunció Julián al verla entrar y cerrarse la puerta detrás de ella. -Estás preciosa.- Se atrevió a decir pesar de solo poder ver sus ojos y sus cejas, pues el gorro y el cubre bocas tapaban casi todo su rostro.
-¿Qué quieres?- Preguntó seria avanzando unos cuantos pasos para escucharlo mejor pero lo suficientemente alejada para que no pudiera siquiera rozarla.
-Pedirte perdón, yo no quería hacerlo.- Se intentó estirar para tocarla pero se detuvo cuando Zuñiga tocó el cristal para llamar su atención y que se alejara.
-¿Entonces?- Se echó para atrás para alejarse más.
-Estaba… estoy muy enamorado de ti.- Comenzó. -Pero todo se volvió una obsesión y te quería para mi.-
-No lo entiendo, cuando intentamos ser novios no funcionó y terminamos bien.- Sintió sus ojos enrojecidos.
-Que haya aceptado que termináramos no significó que dejara de quererte.- Respondió sincero. -Creí que cuando te casaras con Rodrigo te iba a superar…-
-Pero no fue así.- Completó ella.
-No.- Agachó la mirada.
-Secuestrarme fue lo peor que pudiste hacerme, casi pierdo de nuevo a mi papá por eso.- Derramó unas cuantas lágrimas que trataba de sostener.
-Quería llevarte conmigo, estaba seguro de que lograría que me quisieras y cambiaras a tu esposo por mi.- Apretó sus puños recordando.
-A la fuerza las cosas nunca iban a funcionar Julián y menos de esa forma.- Lucero a pesar de estar frente a quien más temía, se sentía tranquila de escucharlo.
-Lo sé, ahora lo entiendo.- La miraba afligido. -Perdóname por favor, te prometo que no volveré a intentar hacerte algo.-
-No tienes idea de la manera en que me afectaba tenerte cerca o siquiera saberte vivo cuando te volví a ver aquel día en la plaza.- Recordó con escalofríos cuando estaba buscando los acetatos para su suegro y lo vio entre los estantes.
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A la deriva
Fanfiction- Lucero Hogaza es una mujer de 32 años parece tener una vida tranquila, hija única, con un sólido matrimonio desde siete años atrás, tiene una licenciatura en artes pero no ejerce ya que trabajó un par de años y después sólo se dedicó a su hogar, s...