Capítulo 33

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-¿Entonces que tiene mi esposa?- Preguntó Rodrigo después de que el doctor terminó de revisar a Lucero y regresaron a sentarse.

-Me temo que es sólo un cuadro de estrés.- Respondió el médico. -¿Has estado expuesta a noticias fuertes, bajo mucha presión o vivido algo que te inquieta mucho?-

-Pues sólo que apenas regresé a trabajar como le dije y había tenido uno que otro problema.- Contestó algo apenada mirando discretamente a Rodrigo.

-Bueno, toma en cuenta que el flash de la cámara y las luces con las que trabajas también son cansadas para tu vista y por eso te duele también la cabeza. Trata de relajarte y no presionarte de más ¿Haces ejercicio o alguna otra actividad?-

-Sólo correr y algunos ejercicios de los típicos, abdominales, sentadillas y así.- Respondió Lucero.

-Eso es muy bueno, sólo recuerda mantenerte bien hidratada, dormir lo suficiente y sobretodo estar bien alimentada, de todos modos te voy a mandar también unas vitaminas.- Dijo el doctor mientras escribía en la computadora.

-Pero no es nada grave ¿verdad?- Preguntó Rodrigo tomando la mano de Lucero.

-No, pero es necesario que Lucero siga mis instrucciones y que trate de llevarse las cosas con calma.- Respondió esperando a que la receta se imprimiera.

-Como usted diga.- Contestó Lucero.

El doctor terminó de darle instrucciones sobre los medicamentos que le había mandado, como las dosis y horarios, al terminar agradecieron la consulta y se dirigieron a pagar.

-Lucerito.- La llamó Leonardo que iba pasando por ahí. -¿Qué haces aquí?-

-Papá, vine a consulta.- Respondió a la vez que lo saludaba con un beso en la mejilla.

-¿Te sientes mal? ¿Por qué no me avisaron?- Preguntó serio mirando también a Rodrigo.

-Lucero no quiso que le avisara.- Contestó de inmediato su yerno.

-Porque no era nada grave, el doctor me dijo que es sólo estrés.-

-A ver que te recetó.- Le pidió la receta. -Espero sigas las instrucciones que te haya dado.-

-No dude en que yo me voy a encargar de que así sea.- Le aseguró Rodrigo.

-Gracias Rodrigo, estaré al pendiente de ti nena y te llamaré para ver como sigues.- Le entregó la receta a Lucero antes de rodeara por los hombros y depositar un beso en su rubia cabellera.

-Doctor, que ya todo está listo.- Dijo un joven acercándose a Leonardo. -Hola.- Saludó algo coqueto a Lucero.

-Hola.- Se limitó a contestar Lucero con una sonrisa.

-Vete con los demás, ya voy.- Le ordenó Leonardo viéndolo con seriedad.

-Nos vemos.- Dijo el joven, se iba a despedir de beso de Lucero pero Leonardo puso su brazo como todo padre celoso, impidiendo que se acercara a ella.

-Tengo que ir a quirófano con los jóvenes que están haciendo su servicio.- Comentó Leonardo cuando se fue el aprendiz.

-Está bien, nosotros ya nos vamos también.- Contestó Lucero.

Ambos se despidieron de Leonardo antes de dirigirse al estacionamiento.

-Con que ligando con los aprendices de tu papá, eh.- Dijo Rodrigo mientras encendía el BMW.

-Claro que no, sólo me saludó.- Contestó Lucero poniéndose el cinturón de seguridad.

-Estaba todo coqueto, hasta te quería dar un beso.-

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