Capítulo 19

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-Reina ¿Ya sabes qué te vas a poner para la fiesta de Adriana?- Preguntó Rodrigo desde el clóset mientras buscaba entre todos sus trajes y camisas que ponerse.

-Creo que éste- Respondió entrando con un jumpsuit color verde jade que se sostenía por cuello con una delicada cadena dorada. -¿Tú?-

-Buena elección, me gusta.- Dijo observando la prenda. -Estaba pensando en ponerme este traje beige con una camisa rosa pálido ¿Qué opinas?-

-Igual me gusta, obvio sin corbata ¿o si?-

-No, así sin corbata, aunque el hotel tenga aire acondicionado siento que hará un poco de calor adentro.- Se encogió de hombros.

-Puede ser.-

-¿Ya casi terminas de empacar lo tuyo?- Preguntó mientras salían a la habitación con sus respectivos outfits en las manos para la fiesta.

-Ya, sólo deja meto el shampoo y todo eso.- Lucero entró al baño y buscó el pequeño bolso en el que guardaban todos sus productos de higiene en tamaños más pequeños para cuando salían de viaje.

-Oye reina ¿por qué sólo llevas un bikini y los demás trajes de baño completos?- Conocía a su esposa, algo que le encantaba era asolearse, por lo que siempre usaba bikinis y en la maleta había sólo uno.

-Ah es que, no sé no quiero ponerme algo tan descubierto porque vamos a una fiesta de una de tus clientas y pues coincidiremos en la playa o en la alberca.- Mintió saliendo del baño con el bolso, en realidad no quería sentirse tan expuesta a la mirada de Fernando.

-Pero reina, vamos a la playa, es normal usar poca ropa y ni modo que vayas en traje de buzo o algo que te cubra por completo.- Rio. -Vamos, cambia éstos por tus bikinis.-

-¿Estás seguro?-

-Si mi amor, tienes un cuerpo espectacular y que cualquiera quisiera tener así que no debes preocuparte por intentar cubrirlo.- Dijo acercándose a ella y rodeándola por la cintura.

-Está bien.- Aceptó no muy convencida, no tenía más argumentos para negarse a llevar aquel tipo de prendas y además su esposo estaría con ella en todo momento así que Fernando no intentaría nada, o al menos eso pensaba Lucero.

-Eres hermosa.- Rodrigo la tomó por la nuca y acercó su boca a la de ella fundiéndose en un beso lleno de deseo, le quitó el pequeño bolso que traía y lo lanzó a la maleta para después sentarse en la cama y llevar sobre él a Lucero que acariciaba con sus delicadas manos su ancha espalda.

-Si no nos detenemos no terminaremos de empacar y se nos hará tarde para llegar al aeropuerto.- Dijo Lucero contra sus labios cuando sintió que las cosas estaban subiendo de nivel.

-Es que me vuelves loco.- La apretó más contra él y beso su cuello antes de dejarla que se levantara. -Hay que apurarnos entonces.-

Terminaron de hacer su equipaje para luego dirigirse al aeropuerto, hicieron todos los procesos necesarios y esperaron pacientemente a que los llamaran a abordar el avión.
El camino a pesar de unas cuantas turbulencias fue tranquilo y en casi dos horas y media ya estaban en el aeropuerto de Cancún en el cuál tomarían un taxi para que los llevara al hotel que Adriana había elegido para celebrar su cumpleaños y hospedar a todos sus invitados.

-Aquí tiene, muchas gracias.- Le dijo Rodrigo pagándole al chófer del taxi después de que le ayudó a bajar el equipaje. -Reina, busca en mi celular el correo de Adriana con la invitación para mostrarlo en la recepción por favor.-

-¿Recuerdas el asunto del correo?- Preguntó Lucero abriendo la aplicación del mail mientras caminaba delante de su esposo que traía el equipaje.

A la derivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora