Capítulo 64

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Dos meses después.

 

-¿Estás segura de que no te quieres quedar con tu papá?- Preguntó una vez más Rodrigo.

-Tranquilo, todo está bien.- Respondió Lucero acomodando el iPhone en la ropa que estaba doblando.

-No sé, es que de verdad no quiero que estés sola, me preocupa que pase algo con el bebé.- Dijo a través de la pantalla.

-No va a pasar nada, el parto ya está programado para en tres días y tú regresas antes, no hay de que preocuparse.- A pesar de que todo iba perfecto con el bebé, en la última revisión, su ginecólogo le dijo que su bebé aun no estaba completamente en la posición correcta, además de traer una vuelta del cordón umbilical en su cuello, por lo que decidieron entre Lucero y su médico programar el parto y que fuera una cesaría para la seguridad del bebé.

-Si termino antes adelantaré mi vuelo para estar allá lo más pronto posible.-

-Tranquilo, tú enfócate en tu trabajo y aquí te esperamos nosotros.- Sonrió mientras doblaba la cobija que meses atrás le había regalado Lolita.

Rodrigo debía viajar a Houston en donde ya se estaba llevando acabo el proyecto y tenía que observar que todo estuviera bien con los cimientos, él no quería ir pero era algo importante y que tuvo que hacer, sólo que a diferencia de las demás veces, en esta ocasión Lucero ya no podía ir con él por su avanzado embarazo.

-¿Hace falta algo en la maleta del bebé?- Preguntó Rodrigo mientras Lucero revisaba la hoja que les habían dado en el hospital con lo que debían llevar.

-Solo los pañales.- Respondió revisando todo una vez más.

-Bueno, yo los compro cuando regrese para que no tengas que salir sola.- Dijo él.

-Tal vez pueda ir a comprarlos en alguna farmacia cerca a donde pueda ir caminando.- Se encogió de hombros.

-¿Pero te sientes bien?- Preguntó no muy convencido.

-Si, todo está bien, de verdad no te preocupes.- Se rio Lucero de que insistiera tanto.

-Lo siento, es que me pone nervioso todo esto y más estando lejos.- Se sonrojó.

-Pues tranquilo, ya pronto estarás aquí y estaremos juntos para recibir a nuestro hijo.- Sonrió Lucero.

-O hija.- Agregó él, pues seguían sin conocer el sexo de su bebé, primero porque el bebé no se dejaba y después porque prefirieron ya no intentar saberlo.

Continuaron platicando mientras Lucero doblaba la ropa del bebé que con ayuda de May había lavado para que estuviera lista a la llegada de su hijo. Cuando terminaron de hablar, ella guardó toda la ropa en el clóset que sería del bebé y se fue a su habitación a prepararse para dormir.

Sintió un rayo de luz por la ventana cuando se despertó al escuchar que su iPhone sonaba, no tenía ninguna alarma puesta, lo que significaba que era una llamada.

-¿Bueno?- Contestó adormilada.

-Buenos días, Lucero.- Escuchó del otro lado.

-Gina…- Dijo al reconocer la voz de la mamá biológica de Rodrigo.

-Veo que te quedaste dormida, tal vez se te olvidó pero habíamos quedado en desayunar hoy.- Le recordó.

-Dios, lo olvidé por completo.- Se cubrió el rostro apenada. -Me arreglo en seguida y te veo donde quedamos.-

A la derivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora