-Por favor no te vayas, quédate.--Lo siento, pero ya hablamos.- Respondió Lucero acercándose a él.
-Lo sé, pero es que no te pudo dejar ir así tan fácil.- Insistió entregándole un ramo de rosas rojas.
-Mi decisión está tomada.- Las recibió sólo por no hacerle una grosería.
-Los voy a dejar un momento solos.- Los interrumpió Leonardo antes de alejarse un par de metros para darles un poco de privacidad.
-Lo sé, sé lo terca que eres a veces.- Se acercó a ella acunando su rostro. -Pero por favor, esta vez no lo seas, dame una oportunidad.-
-Pero...-
-Danos una oportunidad a nosotros, a nuestro hijo, a nuestro matrimonio.- Dijo depositando un corto pero delicado beso en sus labios.
-Rodrigo, nuestro matrimonio ya no es el mismo, las circunstancias que pasaron cambiaron las cosas.- Lucero estaba tranquila, ya no tenía ganas de discutir, sólo quería tranquilidad.
-Yo también lo creía, estaba furioso por todo lo que estaba pasando, pero lo pensé mejor.- La tomó de las manos quitándole el ramo y dejándolo en una silla. -Todo lo que pasó es sólo una prueba que nos puso el destino para comprobar que nuestro amor es más fuerte que cualquier cosa...-
Pero yo te...-
-No importa ya lo que hayas hecho.- La interrumpió. -Sé que en gran parte yo lo provoqué por no aclararte las cosas antes, pero ya pasó y sé que si nos das otra oportunidad no lo volverías a hacer jamás ¿o si?-
-No lo haría.- Negó, en su moral la infidelidad no tenía lugar, lo que había hecho lo hizo inicialmente dejándose llevar por la rabia.
-Lo ves, te conozco mejor que nadie.- Besó su frente. -Por favor no me dejes.-
-Rodrigo, no insistas.- Le pidió.
-Dime a los ojos que ya no me amas, que ya no significo nada en tu vida, dímelo y te juro por mi vida que te dejo en paz para siempre, sólo te hablaré exclusivamente para cosas de mi hijo.- Propuso entonces. -Dime, ¿dejaste de amarme?-
-Tengo muchas emociones encontradas...- Respondió sincera.
-¿Lo ves? Aun me amas, si no ya lo hubieras negado.- Apretó sus manos en un gesto cariñoso. -Sé que en el fondo de tu corazón me amas, dame otra oportunidad, la última si quieres, piensa en lo mucho que estuvimos esperando a ser padres y nuestro hijo llegó para fortalecer nuestro amor.-
-No sé, Rodrigo.- Lo soltó y metió sus manos en los bolsillos de su sudadera, al sentir algo lo sacó y nuevamente ahí estaban sus anillos, se los había guardado en la sudadera sin darse cuenta.
-En un mes será nuestro séptimo aniversario de casados.- Le recordó al verlos y no pudo emocionarse al ver que los traía con ella aunque no fuera en su lugar.
-Me tengo que ir.- Dijo Lucero cuando llamaban por última vez para su vuelo.
-No, te lo ruego no lo hagas, danos la oportunidad de formar una familia otra vez y ahora con nuestro hijo, no me alejes de ustedes por favor.- Tomó los anillos de su mano. -Te amo, eres mi vida entera y siempre lo has sido, sé mi esposa de nuevo, regresa a casa, estoy dispuesto a conquistarte de nuevo, estoy enamorado de ti cómo desde el primer día, yo no concibo la vida sin ti.-
-Rodrigo...- Susurró. Sentía que estaba viendo a aquel hombre del que se enamoró en la universidad, en su cabeza se reproducían miles de imágenes desde aquel primer cruce de miradas y no pudo evitar acariciar su barba cómo desde hace tantos años le fascinaba hacerlo.
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A la deriva
Fanfiction- Lucero Hogaza es una mujer de 32 años parece tener una vida tranquila, hija única, con un sólido matrimonio desde siete años atrás, tiene una licenciatura en artes pero no ejerce ya que trabajó un par de años y después sólo se dedicó a su hogar, s...