Capítulo 59

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Lucero y Rodrigo estaban en la habitación de huéspedes mientras que los demás ya se habían ido pues consideraron que era mejor dejarlos solos para que platicaran.

-Yo venía a hablar y a felicitarte por lo de Julián, pero definitivamente esto no me lo esperaba.- Dijo Rodrigo viendo su vientre. -¿No pensabas decírmelo?-

-Yo quería hacerlo, lo iba a hacer pero tú me pediste un tiempo para pensar las cosas y…-

-¿Cuánto tiempo tienes?- Preguntó interrumpiéndola mientras le daba la espalda.

-Casi cinco meses.- Respondió Lucero.

-Entonces esto lo sabías desde antes de que discutiéramos la otra vez.- Volteó a verla con cara de desconcierto.

-Si, pero cuando quise decírtelo no estabas en la ciudad, fue cuando fuiste al entierro de tu padrino.- Le recordó.

-Pero luego yo fui a verte a tu oficina para darte lo de los papeles del divorcio y tampoco me dijiste nada.- No pudo evitar alzar la voz.

-Me caí ese día y ni siquiera hablamos, además no sabía si hacerlo o no, aun no te decía lo que pasó con…-

-A ese tipo ni me lo menciones.- La interrumpió sintiendo como le hervía la sangre al recordar que su esposa había estado con otro hombre. -¿Es porqué entonces tu hijo es de aquel estúpido? ¿Por eso no me dijiste que estabas embarazada?-

-Rodrigo…- Articuló ella.

-Sin rodeos, Lucero.- La interrumpió una vez más.

-No.-

-¿No qué?- Preguntó sin entender.

-No es hijo de él, el hijo que estoy esperando es tuyo.- Se atrevió a mirarlo por fin a los ojos.

-¿Cómo lo sabes? Estuviste con alguien más cuando me fui…- Rodrigo sentía un nudo en la garganta, no sabía bien como reaccionar.

-Por eso mismo yo no sabía de quién era, hace una semana él y yo hicimos una prueba de ADN y salió negativa.- Le explicó sin mucho detalle. -Eso significa que tú eres el papá…-

-No puedo creer todo esto.- Se sentó en la cama enterrando su rostro entre sus manos. -Lucero…-

-Entiendo sí no me crees que es tuyo y si tampoco quieres volver a verme…-

-Claro que te creo.- La abrazó. -Yo venía a pedirte que le diéramos una segunda oportunidad a nuestro matrimonio, yo sé que lo que hiciste fue porque te dejaste llevar por el coraje, pero…-

-Rodrigo, yo ya tengo otros planes.- No sabía si él aun quería eso, pero era mejor dejarle claro que Lucero ya había tomado una decisión.

-¿Qué planes?- Se alejó de ella.

-Me voy.- Pronunció.

-¿A casa de tu papá?- Preguntó.

-No Rodrigo, a Acapulco, ya tengo un departamento rentado, me voy sola.- Le explicó.

-¿Pero por qué? No puedes hacerlo.- Rodrigo se veía preocupado ante esa noticia.

-Quiero hacerlo, quiero terminar de disfrutar de mi embarazo lejos en un lugar tranquilo.- Suspiró largo.

-No me puedes alejar de mi hijo y negarme ver como crece, ya suficiente todo este tiempo que me ocultaste su existencia, no me puedes borrar de su vida.- Alzó la voz.

-No te voy a alejar y mucho menos quiero borrarte de su vida, tú eres su papá y podrás verlo cuando quieras, pero mientras esté embarazada, te voy a avisar cada que tenga revisión para que puedas verlo.- Trató de tranquilizarlo.

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