Capítulo 55

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-Hija, reacciona.- Escuchaba decir a Leonardo mientras un olor fuerte se filtraba por su nariz.

-Parece que ya está despertando.- Escuchó decir a alguien más pero no sabía exactamente quien era.

-¿Qué?- Trató de levantarse mientras abría despacio los ojos dificultad.

-Quédate tranquila, te desmayaste.- La obligó a recostarse de nuevo.

-Mi vida.- Vio entre las sombras a Rodrigo acercarse, en ese momento recordó un poco de lo último que había pasado.

-Creo que será mejor que subas y descanses.- Comentó Leonardo.

-Claro, yo la llevó.- Rodrigo no esperó a que nadie dijera ni hiciera nada y la tomó en brazos. -Me dicen por donde por favor.-

-Pero…- Lucero trató de refutar pero parecía que nadie la escuchaba, trató de buscar con la mirada a Fernando y lo vio en un rincón de la sala cruzado de brazos con la misma seriedad que lo vio antes de desmayarse.

-Vamos, por acá.- Dijo Lolita caminando delante de ellos para indicarle el camino a la habitación en donde dormía Lucero.

-Gracias.- Agradeció Rodrigo cuando la ama de llaves y nana le ayudó a abrir la puerta.

-Voy a traerle un vaso de agua, ya vuelvo.- Les informó antes de bajar de nuevo.

-¿Cómo te sientes?- Preguntó Rodrigo sentándose al costado de ella en la cama.

-¿Por qué lo hiciste?- Se sentó para poder hablar mejor.

-Porque te amo, te lo dije, yo quiero seguir envejeciendo contigo.- Tomó sus manos y sacó de nuevo la cajita roja del anillo.

-Pero yo te pedí un tiempo, te dije que teníamos que hablar antes de cualquier cosa.- Quitó sus manos antes de que Rodrigo intentara ponerle el anillo en su dedo donde ni siquiera estaban su primer anillo de compromiso ni su argolla de matrimonio.

-Pues hablemos de una vez y ya dejémonos de cosas y volvamos a ser el matrimonio que éramos.- Le insistió.

-Tú no me engañaste…- Ya no tenía caso posponerlo.

-No, reina, ya te lo comprobé.- La tomó de nuevo de las manos.

-Pero yo a ti si.- Soltó sin más.

-¿Qué?- La cara de Rodrigo parecía que se había congelado.

-El día de lo de Jazmín del avión que creí que me habías engañado, por el coraje que sentía bebí con alguien, las cosas se fueron dando y terminé en la cama con otro hombre.- Ni siquiera tuvo el tiento para decirlo, pero ahí era donde había empezado todo y era lo más importante sin tomar en cuenta el embarazo.

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