Capítulo 27

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-Excelente, la escultura “Complemento” vendida para la señorita Arciniega.- Dijo la mujer que conducía la subasta, cuando una colega de Leonardo ofreció la mayor cantidad de dinero por aquella obra de arte que era una escultura de una pareja que parecía estar bailando.

La primer obra de arte subastada fue una fotografía que Lucero en el Africam Safari, le había tomado a un León mientras rugía, era verdaderamente increíble pues de fondo estaba la puesta de sol, provocando una gran foto en tonos amarillos y naranjas con todo eso en conjunto. La fotografía se vendió en casi el triple del costó inicial.
Era el turno de la última subasta, un óleo grande en el que había una preciosa pintura impresionista en la cual en tonos beige y color piel, estaba plasmado casi de perfil el cuerpo desnudo de una mujer, desde el cuello hasta casi las rodillas, era fino y delicado, se podían notar sus curvas pero sin mostrar de más.

-Y bueno, está pintura lleva el nombre de “esencia”. La subasta comienza en 200 dólares. Dijo la presentadora cuando terminó de hablar un poco sobre esa pintura. Habían decidió que la subasta se llevaría acabo en dólares para que fuera más fácil, pero en un proyector se iba mostrando la cantidad de dinero en pesos mexicanos también.

-200- Levantó la mano un hombre, Lucero y Rodrigo al voltear a ver quien era, reconocieron a un importante ingeniero de una de las constructoras para las que trabaja Rodrigo.

-250- Dijo Fernando sin dudarlo, cosa que impresionó a sus acompañantes y a Lucero.

-270- Ofreció el ingeniero.

-300- Levantó la mano Fernando de nuevo, no sabía porque pero quería esa pintura a como fuera lugar.

-350- Gritó el otro hombre.

-400- Dijo Fernando entonces volteando a ver al hombre desafiante.

-450- Al parecer el ingeniero tampoco estaba dispuesto a desistir.

-500- Contestó Fernando.

-550- Dijo el hombre.

-570- Fernando iba a dar más pero su madre le dijo que no lo hiciera.

Lucero estaba impactada, ninguna de las subastas anteriores habían sido tan competidas como ésta y lo que más le sorprendía era que Fernando estuviera ofreciendo cada vez más.

-¿Alguien da 600 dólares?- Preguntó la presentadora cuando nadie ofreció más.

-620- Respondió Rodrigo de inmediato, alzando su mano.

-¿Qué?- Lo volteó a ver Lucero sorprendida, no esperaba que su esposo entrara a la subasta y menos cuando la oferta iba muy arriba.

-650- Dijo el ingeniero.

-670- Contestó Fernando, no quería quedarse atrás, su padre lo veía divertido pero por otro lado su mamá y Adriana lo miraban con reprobación.

-¿700 dólares?- Preguntó la presentadora. -700 a la 1, 700 a las 2…-

-700- Aceptó Rodrigo.

-¿Qué haces?- Lo miro desconcertada Lucero, hablando bajito para que nadie la escuchara, sólo su esposo.

-730- Ofreció Fernando, se sentía sumamente tensó, ahora se había vuelto una competencia también en contra de Rodrigo.

-750- Dijo el ingeniero, estaba a punto de desistir pero no quería darse por vencido.

-770- Levantó su mano Rodrigo de inmediato.

-Rodrigo ya, detente.- Le pidió Lucero preocupada. -No ofrezcas más.-

-Tranquila Reina, sabes que puedo pagarte mucho más del doble que esos 770 dólares.- Respondió sin mirarla, pues estaba atento a sus contrincantes, Fernando había dado 30 dólares más, quedando en 800.

-No es porque no puedas pagarlo, sólo ya no quiero que sigas ofreciendo, puedo intentar hacerte otra pintura similar.- Lucero estaba ansiosa, aunque todo ese dinero le beneficiaba, no quería que siguieran ofertando aquellos tres hombres pues el ambiente ya se sentía sumamente tenso.

-850- Dijo Rodrigo ignorando lo que decía su esposa.

-900- Ofreció Fernando firme, volteó a ver al hombre que también estaba participando pero al parecer se había rendido.

-¿930?- Preguntó la presentadora, Lucero le hizo señas de que ya parara, así que hizo el conteo más rápido. -930 a la una, 930 a las dos, 930 a las tres, ¡Vendida al señor en 900 dólares!- Señaló a Fernando entre los aplausos de la multitud.

-Gracias.- Contestó con una gran sonrisa de triunfo antes de ponerse de pie para dirigirse hacia atrás del escenario para pagar.

-¿Cuál es la gracia?- Le preguntó Lucero a su esposo cuando lo vio reírse antes de darle un trago a su bebida.

-Sólo lo hacia para que gastaran más y lo logré.- Se encogió de hombros con una sonrisa en los labios.

-Pues no debiste hacerlo, eso se salió de control.- No estaba molesta pero tampoco le parecía lo que había hecho Rodrigo.

Se puso de pie y fue hasta la parte de atrás del escenario, argumentando que iba a agradecer a los que habían comprado sus obras.

-Muchas gracias.- Le dijo el hombre que estaba terminando de pagar la fotografía del león.

-No, muchas gracias a usted por comprar mi obra.- Le dio un apretón de manos antes de que se fuera. -Fernando.-

-¿Qué pasó?- Contestó girándose hacia ella.

-Bueno, yo te quería pedir que no pagues los 900 dólares, si quieres sólo la mitad.- Utilizó un tono lo suficientemente bajo para que no la escuchara nadie más que Fernando.

-¿Qué?- La miro desconcertado. -Estás loca, voy a pagar lo que ofrecí.-

-Por favor Fernando.- Sabía que no tenía porque hacerlo pues al final nadie lo obligó a ofrecer tanto pero se sentía apenada porque gracias a Rodrigo había pagado mucho más.

-Eres una excelente artista pero pésima valorando tu trabajo.- Comentó sacando una tarjeta de su cartera cuando vio que ya casi le tocaba.

-¿Entonces si vas a pagar sólo la mitad?- Preguntó con un toque de emoción.

-No, yo nunca dije que lo haría.- Negó con la cabeza.

-Fernando…-

-Buenas noches señorita, cobre los 900 dólares de aquí.- Le dijo Fernando a la mujer que estaba cobrando, mientras la señorita hacia el pago con ayuda de la terminal, él giró discretamente a Lucero para guiñarle un ojo pero ella lo miraba con negación y visiblemente apenada.

Como con la subasta se daba por terminado el evento, todos los invitados empezaban a retirarse, así que Lucero estaba cerca de la puerta para despedirlos y agradecer su presencia o que hayan comprado alguna de sus obras.

-¿A dónde vas princesa?- Le preguntó a su sobrina cuando la vio que iba a salirse del salón.

-Quiero ir al baño.- Respondió dando pequeños brinquitos.

Gracias a que ya no había ninguna obra de arte había estado corriendo por todos lados, aguantándose sus necesidades fisiológicas por lo que no había ido a decirle a su mamá para que la llevara al tocador.
Lucero le hizo señas a Rodrigo de que saldría con la niña, pues su familia estaba platicando con la de Fernando y él estaba con uno de sus clientes.

-Te espero aquí en la entrada Sofí.- Le avisó cuando la niña entró a un cubículo.

-Si tía Lu.- Contestó la niña casi gritando.

Al salir Lucero se quedó un rato admirando de nuevo aquella obra de arte suya, la misma frente a la cual Fernando la había besado.
Al recordarlo no pudo evitar reír un poco, pues gracias a eso Fernando se había ganado unos cuantos golpes y ahora lo podía considerar un amigo.

-Ves como ya estás loquita.- Escuchó una voz decir acercándose a ella.

-Fernando, me asustaste.-

-Creo que siempre lo hago ¿tan feo estoy?- Preguntó mostrando un dejo de indignación.

-No, pero siempre llegas cuando menos me lo espero.- Respondió sin poder evitar reír por su pregunta.

-Que raro es esto ¿no crees?-

-¿Qué cosa?- Contestó sin entender a que se refería.

-Frente a este cuadro te besé porque quería tener algo más contigo y ahora sólo te quiero como amiga.- Mintió, que cambiara sus estrategias con Lucero no implicaba dejar de decir mentiras.

-¿Besaste a mi tía Lu? ¿Así como la besa mi tío Rodrigo?- Preguntó Sofía llamando la atención de ambos, estaban tan concentrados en la pintura y en su platica que no sintieron llegar a la niña.

-No princesa obvio no.- Respondió Lucero cuando vio que Fernando no supo que responderle.

-Pero mi tío Fer dijo que te besó.- Insistió la pequeña.

-Si nena, pero fue en la mejilla porque me saludó.- Mintió Lucero, sabía que estaba mal mentir y más a una niña pero Sofía era pequeña y podría ir a contarle lo que escuchó a alguien de la familia.

-Ah y entonces te saludó porque quería ser tu amigo.-

-Exacto.- Lucero sintió un poco de alivio al darse cuenta que su sobrina no había entendido bien lo que dijo Fernando con eso de querer algo más con ella.

-Fer, tus papás ya quieren irse a descansar.- Llegó Adriana interrumpiéndolos.

-Vámonos entonces.- Habló por fin, nunca se había puesto tan nervioso y menos por una niña.

-Que bonito cabello.- Comentó Adriana jugando con un mechón de cabello de Sofía.

-Gracias.- Se limitó a responder la pequeña mientras le quitaba el cabello de entre sus dedos.

-Vamos ya.- Dijo Fernando caminando hacia el salón, en el camino la pelinegra lo tomó de la mano.

-No, espera tía.- Le pidió Sofía a Lucero jalándola para que no caminara detrás de ellos.

-¿Qué pasa?-

-Es que la novia de mi tío Fer no me cae bien y me da miedo.- Contestó bajito.

-¿Por qué? ¿Te hizo algo?- Preguntó desconcertada.

-No pero está muy rara y habla muy fuerte.- Hizo un gesto de disgusto.

-¿Rara?- Intentó no reír por los comentarios de su sobrina.

-Si, tiene un cuerpo muy raro y su cara parece que tiene muchas bolas.- Contestó la niña apretando la piel de sus labios y sus mejillas para tratar de imitar a Adriana.

-En lo de la voz fuerte estoy de acuerdo contigo, pero no podemos juzgar a las personas por su físico princesa.- Estaba evitando a toda costa no reírse pues su sobrina tenía razón.

-¿A ti te cae bien?- Preguntó curiosa la niña.

-Digamos que no me cae mal.- Le caía bien, pero había veces que no le agradaba del todo por su actitud tan inmadura.

Cuando por fin entraron al salón las familias de Fernando, Rodrigo y el padre de Lucero junto con Rossy, se estaban despidiendo.
Los padres de Fernando felicitaron a Lucero por su gran talento y éxito que había sido su galería, además de agradecerles por una pintura que lograron comprar de unas flores.
La familia de Rodrigo también la felicitó, sin embargo, ellos no habían logrado adquirir nada.
Al final sólo se quedaron Lucero con su esposo, su padre y la novia de él, pues debían cerciorarse de que todo quedara totalmente limpio.
Antes de irse, Lucero le dijo a su papá que en cuanto tuviera tiempo hablarían del dinero que le prestó para hacerle una transferencia a su cuenta del banco y pagarle.

-Estoy agotada.- Comentó Lucero mientras entraban a su casa.

-Me imagino, fue un día muy productivo.- Contestó Rodrigo aflojando el nudo de su corbata y dejando las llaves en la mesa del recibidor.

-¿Qué haces?- Preguntó cuando Rodrigo la cargó entre sus brazos.

-Te voy a ahorrar el que subas caminando hasta la habitación.- Respondió caminando firme hacia la escalera.

-Que amable es usted.- Dijo Lucero pasando sus brazos por el cuello de él.

-Lo que sea por mi mujer.- Depositó un beso en sus labios antes de dejarla sobre la cama.

-Te amo.-

-Y yo a ti, con toda mi vida.- Unió sus labios a los de ella hasta que el beso comenzó a subir de nivel y Rodrigo recorría el cuerpo de su esposa con sus manos.

-Hoy no, estoy muy cansada.- Lo interrumpió Lucero contra sus labios cuando sintió que él se estaba emocionando de más.

-Está bien.- Contestó dándole unos cuantos besos más antes sentándose al final de la cama, le quitó sus zapatillas y comenzó a sobar sus pies.
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Ya no era tan temprano, Lucero se giró en su lugar para estirarse mejor pero no sintió a Rodrigo, aun con sueño intentó abrir los ojos, lo buscó en la habitación pero no estaba, tomó su iPhone para ver la hora y eran las 11:00.
Iba a levantarse al baño pero escuchó la reja del garaje abrirse, ese día Rodrigo no trabaja así que no sabía a donde podría ir, se asomó por la ventana y vio que en realidad estaba entrando a la casa.
Fue a lavarse los dientes y después bajó descalza para ver a donde había ido su esposo.

-¿Y todas esas bolsas?- Preguntó al pie de la escalera cuando lo vio entrar con unas cuantas bolsas como las que utilizaban para las compras, en cada mano. -Aun no tocaba ir a comprar la lista del súper.-

-Ya sé que no, son para la carne asada.- Contestó llevándolas a la cocina

-¿Cuál carne asada?- Lo siguió hasta la cocina, no sabía de qué hablaba.

-Pues la de hoy reina ¿Qué no escuchaste tu papá?- Regresó de nuevo por más bolsas a su auto.

-No ¿en qué momento dijo eso?-

-Ayer casi al final de la galería, él dio la idea y yo ofrecí la casa para hacerla en el jardín.- Dijo poniendo las últimas bolsas en la isla de la cocina. -Vienen ellos, mi familia y la de Fernando.-

-¿Y por qué no me habías dicho?-

-Pues yo creí que sabias.- Se encogió de hombros.

-Voy a bañarme y bajo a ayudarte.- Contestó algo resignada antes de salir de la cocina.

El día estaba un poco soleado así que se puso una blusa campesina negra de manga larga, la cual dejaba a la vista la piel de sus hombros y su abdomen plano, jeans y unas sandalias con tacón del mismo tono.
Su maquillaje fue muy natural pues el día anterior había sido más producido, optó por sólo rímel y un poco de gloss en los labios, su cabello lo dejó suelto pero con ligeras ondas que hizo con ayuda de la secadora y un cepillo.
Cuando bajó Rodrigo estaba organizando todo en el jardín y él le pidió que le ayudara a picar los vegetales y todas esas cosas extras.
Los primero en llegar fueron Leonardo y Rossy, llevaron los ingredientes necesarios para hacer agua de tres sabores diferentes, además de otras cosas para la carne asada, las mujeres se fueron a la cocina para encargarse de eso y de los vegetales, mientras que los hombres se quedaron preparando la parrilla para la carne.
Después llegó Fernando junto con Adriana y sus padres, Leonardo les había dicho que no era necesario que ellos llevaran algo, sin embargo, la pelinegra insistió en que si lo haría y como era de esperarse, llevó unas cuantas cajas de cerveza.
Y al último la familia de Rodrigo, pues habían tenido que esperar a que estuvieran listos los pastelillos de zanahoria y las tartas de frutos rojos que hicieron Emilia y Javier como postre.

-Lucero…- La llamó Adriana siguiéndola hasta adentro de la casa cuando la rubia fue por unas servilletas con su sobrina de la mano.

-Mande.- Se giró hacia ella.

-Quiero aclarar unas cosas contigo.- El tono que había utilizado era algo serio, así que Lucero sintió algo de preocupación.

-Sofí, lleva esto allá fuera y ahorita te alcanzo ¿va?- Sabía que a la niña no le gustaba estar cerca de Adriana, así que lo mejor era que no estuviera ahí además de que podrían hablar mejor entre las adultas.

-Si tía.- Sofía salió corriendo tratando de no pasar cerca de la novia de Fernando.

-Tú dirás.- Se limitó a decir Lucero.

-Quiero pedirte una disculpa.-

-¿Una disculpa a mi? ¿Por qué?- Preguntó sorprendida, aunque no sabía de que quería hablar lo menos que se esperaba era una disculpa.

-Por lo que paso en Cancún.- Adriana hablaba tan seria que ni parecía ser ella.

-¿Qué paso? No estoy entendiendo.- A Lucero se le pasaron por la mente muchas cosas y lo peor es que ninguna era buena.

-Por la actitud de Perla con respecto a tu esposo y contigo, sólo hasta después me di cuenta de que mi amiga se había pasado.- Comenzó a explicar. -Pero no pienses mal, entre ellos nunca paso nada y te lo puedo jurar, Rodrigo siempre se mantuvo distante dándote tu lugar a pesar de todos los tragos que nos tomamos.-

-¿Y por qué te disculpas por la actitud de tu amiga?-

-Porque no quiero que pienses mal de mi o que sientas que apruebo las conductas inmaduras de Perla.- Adriana parecía estar apenada.

-No lo pensé, acepto que tu amiga no me cayó muy bien pero contigo no tuve ningún problema.- Eso era verdad, si a caso Adriana la aburría y a veces la desesperaba por la misma actitud inmadura de su amiga, pero nunca sintió algún tipo de enojo en su contra.

-¿Entonces aceptas mis disculpas?- Estiró su mano en sinónimo de hacer las paces.

-Insisto en que no es necesario, pero está bien.- Estrechó su mano, acompañando el acto de una sonrisa.

-Bueno y ahora que ya no siento ninguna culpa.- Cambió de tema. -También te quería hacer una propuesta.-

-¿Una propuesta de qué tipo?-

-Laboral, ayer mientras estábamos en tu galería pude ver todas las fotografías tan magníficas que has tomado y bueno yo quiero que tú trabajes en mi empresa RoCosmetics tomando las fotos de las modelos y de los productos de maquillaje.- Le ofreció.

-La verdad me tomas por sorpresa, no me esperaba eso.- Nunca había trabajado como tal sólo en la fotografía, sin embargo, tenía múltiples conocimientos y habilidades con eso.

-Si quieres no me des una respuesta ahorita ya.- Contestó. -La construcción de mis instalaciones de la cual se encargó Rodrigo estará lista en unos meses, piénsalo y me das tú respuesta en cuanto la tengas, sólo te pido que de preferencia sea un mes antes de que inauguramos el lugar, para que en caso de que no aceptar yo pueda buscar a alguien más.-

-Muchas gracias por tomarme en cuenta, lo voy a pensar y en cuanto pueda yo te aviso.- Lucero necesitaba un trabajo y esa era su oportunidad, pero no sabía si iba a aguantar trabajar con Adriana.

…….

Hola, lo siento por no haber subido capítulo, pero estoy teniendo pequeños problemas con la plataforma pues por ejemplo, uno de ellos es que desde casi el capítulo 15 no se han actualizado las vistas (Se quedaron pasmadas en 1.24 k), ya me comunique con el centro de ayuda pero dijeron que se arreglaría y es cosa que aun no pasa. Así que lo única forma que tengo para ver si están leyendo los capítulos es con sus votos y comentarios, cosa que les agradezco demasiado.

Espero no tener problemas más graves como que se vaya a eliminar la historia o algo así, pero en caso de que suceda ya guardé los usuarios de las personas que han votado y comentado (Porque son las que sé que leen) para mandarles mensaje y avisarles cualquier cosa.

Gracias por su apoyo. 💛




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