-¿Y a ti que te importa? ¿Tú quién eres?- Le gritó el señor sin soltar aun a Lucero.
-Eso a usted no le importa.- Lo aventó lejos de Lucero y la jaló hacia fuera del elevador con él.
-Te sientes muy machito ¿no?- Lo aventó el señor también con intención de provocarlo.
-Cálmese que no me voy a poner a pelear con un señor cómo usted.-
-No te tengo miedo muchachito.- Salió el señor encarándolo.
-Pues créame que yo a usted tampoco.- Se acercó más a él.
-Fernando, por favor vámonos.- Le pidió Lucero sosteniéndolo del brazo.
-Vamos.- Dijo serio caminando con ella.
-¡Nos vemos después hermosa!- Gritó el señor desde afuera del elevador. -Pero sin Fernandito.-
-Fernando, ya no le hagas caso.- Lo jaló de nuevo cuando lo vio con intenciones de regresarse.
Caminaron hacia la alberca en dónde había unos camastros y se sentaron sin decir nada.
-¿Por qué estás descalza?- Preguntó Fernando para romper el silencio.
-Salí de la habitación para darle su cartera a Rodrigo pero se me cerró la puerta y no traigo la llave.- Se encogió de hombros. -¿Y Rodrigo?-
-Yo no sé, no lo he visto desde que estuvimos juntos los cuatro.-
-¿Cómo? ¿No salió contigo?- Frunció el seño extrañada.
-No, yo estaba en el bar.- Negó confundido.
-¿Y Adriana?- No sabía porque había preguntado por su novia pero sentía que podía estar con ella.
-Salió con unas amigas me parece.- Cuando Lucero y Rodrigo se subieron, ellos estuvieron un tiempo en el bar pero después Adriana se fue argumentando que tenía unas cosas que hacer.
-Mm bueno, gracias por defenderme del señor.- Se puso de pie. -Voy a la recepción a pedir otra llave.-
-No, ven quiero hablar contigo.- La tomó de la mano evitando que avanzara.
-No creo que tengamos algo de que hablar.-
-Claro que si, ven siéntate, no te quitaré mucho tiempo.- Fernando parecía no tener malas intenciones esta vez.
-¿De qué quieres hablar?- Preguntó sentándose de nuevo frente a él.
-Primero quiero pedirte una disculpa por todas las veces que te he molestado.- Comenzó. -Desde que te vi por primera vez me pareciste una mujer muy guapa...-
-Fernando.- Lo interrumpió para evitar ese tipo de cumplidos.
-Está bien está bien. Debo aceptar que poco me importó que fueras casada cuando me enteré, pero lo que más me impulsó a tratar de tener algo contigo es tu forma de rechazarme, nunca ninguna mujer lo había hecho y supongo me diste en mi ego de hombre.- Se encogió de hombros.
-¿Y todo esto a qué va?- Lucero estaba desconcertada, no entendía bien que planeaba Fernando.
-A que ya acepte que eres una mujer casada, profundamente enamorada de su esposo y que no eres igual a todas las demás, ya te voy a dejar en paz. Creo que se está formando una amistad entre los cuatro y ya no quiero tener roces contigo o estar tirándonos a matar como en la comida de hoy.-
-¿Cómo puedo creerte?-
-Te doy mi palabra, además con mis propias acciones te darás cuenta que mis intenciones contigo ya son cosa del pasado.- Estiró su mano en un ademán de cerrar un trato. -¿Aceptas mis disculpas y ahora mi amistad?-
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A la deriva
Fanfiction- Lucero Hogaza es una mujer de 32 años parece tener una vida tranquila, hija única, con un sólido matrimonio desde siete años atrás, tiene una licenciatura en artes pero no ejerce ya que trabajó un par de años y después sólo se dedicó a su hogar, s...