Capítulo 56

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-¿Qué te parece este?- Le preguntaba Lucero a Lolita que se encontraba con ella en la sala viendo departamentos por internet.

-Se ve muy lindo pero ese piso me preocupa, te podrías resbalar.- Negó atenta a las imágenes que le mostraba Lucero en su laptop.

-Mm ¿y este qué tal?- Le mostró otro que se ajustaba a su presupuesto.

-Mira ese piso se ve mucho mejor pero me preocupan las escaleras y que está en un nivel alto.- Torció los labios al ver que 1estaba en un sexto piso de la torre de un residencial.

-Ay Lolita a este paso no voy a encontrar ninguno, todos tienen un pero.- No pudo evitar reír Lucero al ver la cara de mortificación de la nana.

-Pero es que debe de ser uno en el que estés segura y no corras ningún riesgo porque estarás sola, Dios no lo quiere y te pasa algo estando sola y quien te ve.- Se persigno instintivamente después de decirlo.

-Tranquila, voy a cuidarme muy bien.- Pasó un brazo por su hombro para abrazarla. -Bueno, mañana seguimos buscando, ya tengo algo de sueño y mañana debo levantarme temprano.-

-Que descanses, Lucerito.- Se puso de pie junto con ella.

-Gracias, tú igual Lolita, hasta mañana.- La abrazó a modo de despedida.

Subió a su habitación y se puso la pijama después de hacer su rutina de noche. Apagó las luces y encendió solo la de su mesa de noche para poder leer uno de los tres libros sobre maternidad que se había comprado días atrás.

No sabía cuantas hojas llevaba ni cuanto tiempo había pasado pero ya no tenía sueño y se dio cuenta que ni siquiera estaba poniendo atención a lo que leía. Algo ocupaba su mente y ese algo era lo que ocurriría al día siguiente.

Después de pensarlo, leer los folletos que Fernando le dio y de informarse mejor, a los pocos días le llamó para pedirle que hiciera la cita para que hicieran la prueba de ADN, él sin esperar en cuanto colgó con Lucero, llamó a la clínica casi exigiendo una cita para el mismo día, sin embargo, tuvieron que esperar cerca de dos semanas más para el espacio disponible en la agenda y por fin ese día estaba a unas horas de llegar.

Su cabeza siguió divagando en muchas cosas hasta que de a poco de fueran quedando dormida.

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-¿Quieres que te lleve?- Preguntó Andrés mientras ambos tomaban sus cosas.

-No gracias, Fernando quedó en pasar por mi.- Se encogió de hombros.

-Bueno, cualquier cosa que necesites me llamas.- Le pidió antes de subir a su jeep.

-Que te vaya bien.- Le deseo Lucero viéndolo salir de la casa.

Como ella ya estaba lista para cuando Fernando llegara por ella, aprovechó para jugar con Altanero en el jardín.

-Buenos días.- La saludó Fernando cuando llegó bajándose del auto para abrirle la puerta. -¿Cómo estás?-

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