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Jimin.

Dejé de buscar a Jungkook donde se  suponía que debía estar...

Pero no dejo de buscarlo.

Hago caminatas por el Bosque Vacilante en la noche. Jin ve la mirada en mi cara y no trata de acompañarme. Taehyung siempre está haciendo tareas; seguro se está esforzando este año, tal vez su padre le prometió un nuevo caballo o algo así. Solía amar el bosque. Lo encontraba relajante. Después de algunas noches me di cuenta que no estaba caminando sin rumbo; estaba recorriendo el bosque como si lo estuviera barriendo.

Como barrimos el año en el que crish desapareció, todos agarrándonos de las manos, caminando lado a lado,  marcando parcelas mientras íbamos por ellas. Ahora las estoy marcado en mi cabeza, conjurando luz y moviendo mi espada hacia adelante y atrás para quitar ramas de mi camino.

Cortaré todo el maldito bosque si sigo así. No encuentro nada y perturbo a los espíritus. Una ninfa sale para decirme que soy básicamente un hombre  caminando por un Apocalipsis:

-¿Qué es lo que buscas? -la ninfa pregunta quedándose inmóvil en el  aire aunque ya le había dicho que me daba escalofríos.

Su pelo es como musgo y parece una de esas chicas manga con botas victorianas y sombrillas:

-A Jungkook -digo -mi compañero de cuarto.

-¿El muerto? ¿Con los ojos lindos?

-Sí -¿Está Jungkook muerto? Nunca pensé en él así, bueno, es un vampiro, supongo -Espera, ¿Estás diciendo que está muerto? ¿Muerto de verdad?

-Todos los chupasangre están muertos.

-¿Lo has visto tomar sangre?

Ella me mira. Mi espada está clavada en el suelo al lado de mis pies:

-¿Qué buscas, elegido?

Ahora suena irritada y deja su sombrilla verde descansar en su hombro.

-A mi compañero de cuarto. Jungkook. El chupasangre.

-Él no está aquí -dice.

-¿Estás segura?

-Más segura que tú.

Suspiro y clavo mi espada más  profundo:

-Bueno, no estoy nada seguro.

-Estas quemando la buena voluntad aquí, mago.

-¿Cuántas veces debo salvar el bosque para ganarme su confianza?

-No hay importancia en salvar el bosque si solo lo vas a derribar

-Estoy buscando. A mi compañero de cuarto.

-Tu enemigo -replicó.

Tiene la piel en un tono café gríseo, rugosa y ondulada como corteza y sus  ojos brillan como esos hongos que  crecen en lo profundo del  bosque.

-No importa lo que es -digo -sabes de quién hablo, ¿Cómo puedes estar segura de que no está aquí?

La ninfa inclina su cabeza hacia atrás como si escuchara los árboles detrás de ella. Todos sus movimientos se escuchan como la brisa pasando entre las ramas:

-Él no está aquí -dice -a menos que esté escondido.

-Bueno, ¡Obviamente está escondido! ¡Está escondido en algún maldito lugar!

-Si nosotras no podemos verlo aquí, mago, tampoco lo verás tú.

Levanto mi espada y la envaino en mi cintura:

𝐾𝑒𝑒𝑝 𝐺𝑜𝑖𝑛𝑔 (𝑲𝒐𝒐𝒌𝒎𝒊𝒏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora