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Jungkook.

Estaba sosteniendo mi violín, sin tocarlo, cuando mi padre regresó a la biblioteca.

-Los Magelings se han ido -dijo él.

Asentí. Él camina dentro de la habitación y se sienta en el largo sofá de pelo de caballo, donde Jimin pasó la mayor parte de la tarde. Padre estaba vestido para la cena. Nosotros nos vestíamos para cenar los domingos y en los días festivos, y esta noche él estaba vistiendo un traje negro con un brillo rojo. Su cabello se tornó blanco cuando mi madre murió, pero se parece al mío, espeso, ligeramente ondulado y con un pronunciado pico de viuda. Es agradable ver que mi línea de cabello  probablemente no se retirará por completo. Todos dicen que me parezco  a mi madre, Provenimos de la rama Egipcia de la familia Pitch, Pero yo  conscientemente imito la manera en que mi padre actúa: la manera en que nunca puedes saber qué está pasando detrás de sus ojos. He practicado eso frente al espejo. (Claro que puedo verme en el espejo; Park Jimin es un tonto).

En estos momentos estoy fingiendo que no me importa que Park se haya ido. Estoy pretendiendo que ni siquiera he notado que se fue. No estoy seguro por qué me sorprendió cuando se fue, le estuve recordando por las últimas veinticuatro horas que nosotros no éramos amigos, a pesar de los besos. Así que no debería estar sorprendido y consternado de que se fuera con las dos personas que  realmente eran sus amigos… Con la única persona que él  siempre quiso, desde que lo conozco.

Papá se aclaró la garganta y cruzó sus piernas perezosamente.

— ¿Estás dentro de tu cabeza, Jungkook?

—No  —dije.

— ¿Esto es  parte de algún loco plan de tu tía? —Él sonaba aburrido. Tomó la  pierna de su pantalón, jalando el pliegue recto.

—No —le digo suavemente —Es un proyecto de  la escuela, de hecho. Pensé que podría hacerla de chico bueno por una vez, ver a dónde me lleva.

Él alzó  una ceja. La biblioteca es tan silenciosa que puedo escuchar el tictac de su reloj.

—Porque sería un mal momento para  hacer un movimiento  —dijo él —de manera independiente. Las  Familias tienen su propio plan.

— ¿Con un papel para mí?

—No todavía. Me gustaría que  terminaras la escuela primero. Que te recuperaras. Estuve hablando con tu madre, ella piensa que posiblemente te gustaría hablar con alguien… Sobre tu situación.

Él llama a Dahyun mi madre. No me importa.

—¿Un doctor?—le digo.

—Más como un consejero.

— ¿Un psicólogo?  —Eso no salió con un tono aburrido. Puse mi rostro en blanco. Aclaré mi garganta —Padre. No puedo imaginar que parte de mi situación podría ser discutida con un terapeuta normal.

—Tu madre… ella mencionó que ya estás acostumbrado a hablar cuidadosamente sobre tu condición. Podrías evitar detalles.

—Estoy bien  —dije.

—Tu madre…

—Lo consideraré.

Él se puso de pie. Con gracia. Tirando de  sus puños.

—La cena estará pronto  —dijo  él —Deberías cambiarte.

—Por supuesto, padre.


* * *

Dahyun me compró un traje gris para las festividades, pero estoy atascado en gris cada día en la escuela, y ya tuve suficiente del gris. Así que me puse el verde oscuro que elegí yo mismo. Negro verdoso con un poco de plata. Justo estaba anudando mi corbata rosa sangre cuando Nayeon abrió la puerta de mi habitación.

—Llama a la puerta  —le dije a ella en el espejo.

—Tu…

—Sal.  Y llama. Te ignoraré hasta que lo hagas.

Ella gimió y salió, azotando la puerta de la habitación detrás de ella, luego la  golpeó. Me habría desesperado si ella fuera una Pitch. Ella no se comporta como si tuviera una onza de Grimm en ella tampoco; la sangre de mi madrastra es tan débil como avena.

—Entra  —dije.

Nayeon abrió la puerta y se asomó.

—Tu amigo regresó.

Me giré desde el espejo.

— ¿Qué?

—El Elegido.

— ¿Jimin?

Ella asintió. Empujé la puerta pasando  por su lado, murmurando.

—No lo llames así  —entonces corrí bajando las escaleras.

Si él estaba aquí, algo debía estar mal. Tal vez ellos fueron atacados en el camino… Me fui deteniendo al llegar al  comedor. Jimin estaba de pie en el vestíbulo, cubierto de nieve y barro. Otra vez. Puse mis manos en los bolsillos.

—Déjà vu, Park.

Él pasó su mano por su cabello, untándolo de lodo.

—Todavía no hay una buena manera de llegar desde la carretera hasta tu casa.

—Y tú aún no puedes recordar un hechizo básico de climatización. ¿Dónde  están los chicos?

—A mitad de camino de seoul por ahora.

— ¿Por qué no estás con ellos?

Él se encogió de hombros. Caminé el último tramo hacia el vestíbulo y saqué mi varita. Él levantó su mano.

—Preferiría simplemente tomar una ducha y cambiarme, si no te importa.

— ¿Por qué regresaste?—pregunté... suavemente, sólo en caso de que Nayeon estuviera al asecho.

—Puedo irme, si no soy bienvenido.

—Eso no es lo que quise decir.

—Pensé que estarías feliz de que volviera.

Doy un paso más cerca de él, y mi voz  se reduce a una amenaza.

— ¿Por qué? ¿Así podemos caer alrededor, besarnos y pretender ser novios felices?  

Él sacudió su cabeza, como si estuviera en su límite, luego rodó sus ojos con fuerza.

—Sí… eso creo. Sí. Hagamos eso, ¿de acuerdo?

Crucé mis brazos.

—Quítate los zapatos. Encontraré algo para que te pongas. Harás que nos retrasemos para la cena.

* * *

Jimin lucía deslumbrante en un traje gris.






Jimin lucía deslumbrante en un traje gris

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𝐾𝑒𝑒𝑝 𝐺𝑜𝑖𝑛𝑔 (𝑲𝒐𝒐𝒌𝒎𝒊𝒏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora